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sábado, julio 27

A la sombra de la guerra, las parteras de Sudán enseñan a una nueva generación


En el corazón de un Sudán devastado por la guerra, una antigua tradición se reaviva en medio del caos: la partería.

Mientras los civiles y los expatriados desesperados huyen del país, las parteras locales están dando un paso al frente para traer una nueva vida al mundo a pesar del desgarrador telón de fondo de violencia y desesperación.

Según el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), para las aproximadamente 219 000 mujeres que actualmente están embarazadas en Jartum, el acceso a parteras es ahora el factor más crítico para detener las muertes maternas y neonatales prevenibles.

Incluso antes de la guerra, el informe de Población Mundial del Fondo mostró que Sudán tenía una alta tasa de mortalidad materna de 295 muertes por cada 100.000 nacidos vivos, frente al promedio mundial de 211 muertes.

Ahora, la ONU estima que 24.000 mujeres embarazadas darán a luz en las próximas semanas en medio de un torbellino de enfrentamientos entre el ejército sudanés y las paramilitares  Rapid Support Forces (RSF) que han convertido las calles de Jartum en una zona de guerra.

Este entorno precario dificulta significativamente su capacidad para acceder a atención prenatal crucial, asistencia segura en el parto y atención posparto vital en hospitales que están dañados o se vuelven completamente inoperables.

“Las instalaciones de salud y los hospitales deberían ser refugios seguros en tiempos de crisis”, declaró el sábado el Fondo de Población de la ONU, condenando un ataque a un hospital en Jartum.

Laila Baker, directora regional del Fondo, dijo que las mujeres embarazadas en la ciudad capital enfrentan condiciones peligrosas.

“Estamos muy preocupados”, dijo. “No hay forma de que podamos monitorearlos, no hay acceso a servicios de entrega seguros, no hay forma de garantizar incluso una comunicación mínima.

Sin embargo, a pesar de tanta adversidad, las parteras locales se han convertido en faros de esperanza, brindando una sensación de seguridad y continuidad en las comunidades destrozadas por el conflicto.

A medida que las parteras intervienen para ayudar a dar a luz a los niños de manera segura, la ONU está ayudando a coordinar, especialmente en la ciudad capital, que se ha convertido en el epicentro de la violencia.

“Hemos designado números de teléfono para recibir solicitudes de partos en el hogar, y una partera va a realizar el parto”, dijo Saadya, una partera que trabaja en Jabal Awliya. «Podemos aceptar todas las solicitudes por ahora».

En las áreas de Kalakla, Jabal, Naser y Al Azhari de Jartum, las mujeres embarazadas y las niñas obtienen principalmente partos seguros en el hogar con la ayuda de 90 parteras comunitarias capacitadas por UNFPA.

UNFPA ha capacitado a 460 parteras en los últimos dos años que brindan servicios de salud materna de calidad y generan confianza incluso en comunidades remotas, incluidas aquellas afectadas por crisis humanitarias.

La partería es una antigua tradición en Sudán que se remonta a la época preislámica. Es una práctica que honra la autonomía, la dignidad y las opciones de las mujeres.

Esta práctica tradicional, transmitida de generación en generación, ha sido la columna vertebral de la atención materna en la región, brindando atención holística a las mujeres y sus bebés desde la concepción hasta el posparto.

A medida que la situación se vuelve cada vez más grave, las parteras sudanesas confían en su ingenio y profundo conocimiento cultural para superar los desafíos que enfrentan.

Con hospitales en ruinas y suministros peligrosamente bajos, estas mujeres recurren a su sabiduría tradicional y la resiliencia de sus comunidades para garantizar partos seguros para las madres y sus bebés.

Para muchos, el poder de estas parteras se extiende más allá del acto físico de dar a luz; son símbolos de perseverancia y esperanza.

Seth Onyango



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