Desde antes de que se emitiera la serie de Amazon Prime, «Los anillos de poder», las críticas a su reparto diverso no han hecho más que intensificarse.
Los grandes medios informan de estas críticas como una reacción casi exclusiva de los fans más intransigentes de la serie, mostrándolo como una cosa de frikis imberbes.
La tremenda reacción en redes, que entronca con otros fenómenos parecidos en su grado de sandez en actitudes hacia personajes de fantasía que han sido pasados por el manto de la diversidad (véase la Sirenita), muestra muy a las claras un profundo racismo incrustado en nuestra sociedades, sólo aparentemente abiertas.
Primero está la cuestión de si Tolkien era racista o no. Seguramente lo era tanto como lo eran sus contemporáneos en Inglaterra. Creó un mundo de fantasía jerarquizado por razas, con la peculiaridad de que la raza humana era físicamente muy parecida a los ingleses.
Ya en 2002, antes de de que Amazon ni siquiera pensase remotamente en tener una plataforma audiovisual, el Dr. Stephen Shapiro, experto en estudios culturales, raza y esclavitud, acusó al autor de usar las novelas para hacer inocentes los prejuicios raciales, al presentar la intolerancia a través de un mundo de fantasía.
SUSCRÍBETE A PREMIUM AFROFÉMINAS
Shapiro levantó la polémica pocos días antes de que se estrenase la película de «Las dos torres», la segunda parte de la serie clásica, diciendo que «los libros representaban las ansiedades sobre la inmigración a mediados de la década de 1950 en Gran Bretaña».
El académico afirmó: «En pocas palabras, los buenos de Tolkien son blancos y los malos son negros (los Orcos), de ojos rasgados, poco atractivos, inarticulados y una horda psicológicamente subdesarrollada».
En la trilogía, un pequeño grupo, se enfrenta al ataque de una horda extranjera. Según Saphiro esto era el reflejó las ansiedades angloeuropeas que desde hace tiempo se veían abrumados por poblaciones no europeas que llegaban a sus tierras.
«Mientras que Tolkien describe a los hobbits y los elfos como clanes asombrosamente blancos y étnicamente puros, sus antagonistas, los orcos, son una masa abigarrada de piel oscura, similar a las tribus africanas o aborígenes. Las películas recientes amplificaron el «miedo a un planeta negro» y exageraron esta diferencia al insistir en los códigos de color blanco y negro», insistía el Dr. Shapiro.
Pero lo preocupante de toda esta controversia y la de otras similares que la acompañan, es como desde los terminales en redes de la extrema derecha se está avivando la polémica.
Los influencers y opinadores en redes han instrumentalizado las críticas para crear una corriente de odio que justifique postulados racistas y de extrema derecha. Así, casi sin darnos cuenta, obligándonos a debatir si debe haber Elfos negros o no, introducen sus mensajes y mentiras supremacistas en la corriente de pensamiento general, llegando a muchas personas muy jóvenes que son fácilmente influenciables.
Cuando los fans defienden en redes mantener la «pureza» de los libros de Tolkien al pasarlos a la pantalla, contribuyen a la difusión de mensajes racistas y supremacistas. Sus reacción la está aprovechando la extrema derecha, tienen que tenerlo claro.
Más allá de esta reflexión, debemos pensar en lo intrínsecamente ridículo que es discutir de manera airada, cuando no violenta, si un personaje de ficción puede ser negro o no. La fantasía es fantasía, y está lejos de las leyes de los hombres, por muy estúpidos que estos sean.
Yorai Onyango
Afroféminas
Descubre más desde Afroféminas
Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.
[…] Racismo en la Tierra Media […]