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martes, marzo 19

La sociedad del miedo de Heinz Bude


El sociólogo y doctor en filosofía alemán Heinz Bude público en 2014 el libro “La sociedad del miedo” en el que analiza los efectos del miedo en la sociedad de hoy, basándose en la experiencia común, debido a que la sociedad del miedo está marcada por la incertidumbre, posee una gran rabia contenida y utiliza la amargura como táctica, no solo en las relaciones interpersonales y laborales sino que este malestar social también se incorpora en la política y en la economía. 

Para comprender una sociedad sirve analizar sus miedos, expone Heinz Bude, debido a que el miedo es un indicador hacia dónde se dirige una sociedad, es por ello, que Bude analiza los efectos del miedo y el lugar que ocupa el mismo, haciendo énfasis en que el miedo marca esta época, en la que los populismos de derecha están tomando fuerza, sumado al aumento de  los fenómenos sociales relacionados a la salud mental como la depresión, el estrés y los ataque de pánico. 

Según Bude el miedo es síntoma de la incertidumbre social puesto que la élite ve peligrar su futuro, y las clases bajas ya no creen en el estado de bienestar que garantiza su ascenso social, por lo que, los individuos ya no se sienten ni representados ni resguardados.


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El miedo que produce quedarse sin nada, provoca resignación y amargura que luego pasan a formar parte de las clases medias de nuestra sociedad. Las capas medias padecen este miedo porque son las que tienen algo que perder e indudablemente saben que es lo puede suceder si toman decisiones equivocadas, lo que produce un clima de inseguridad social, debido a que todo indica que la clase media está en disolución, y esto es según Bude, uno de los problemas que nos trae el neoliberalismo, puesto que a partir de su instrumentación en los años 90 se ha beneficiado una pequeña fracción de la sociedad, por lo que la elite ha desplazado de su centralidad a las clases medias que solo observan como ya no funcionan los viejos procedimientos de redistribución de la riqueza, una riqueza que se va concentrando cada vez más en pocas manos, creando en la clase media una sensación de vulnerabilidad potenciadas por las recurrentes crisis económicas.

Para Bude las crisis económicas de este nuevo siglo están constituidas, por una parte por lo que el sociólogo liberal Ralf Dahrendorf denominó “la nueva clase global”,  que tiene como objetivo dominar el planeta sin tener en cuenta las fronteras ni las soberanías nacionales y por otra parte la existencia de una sociedad meritocrática donde el descenso social predomina.

El miedo de las clases medias se centra en la pérdida de referencias  plenas y seguras, como la capacitación por ejemplo. En un mundo individualista dominado por el rendimiento, controlado por el mercado y disgustado por la representación política deficiente, la gente se vigila asimismo, no hay lealtades duraderas, la envidia y la desconfianza proliferan y todo está en cambio permanente.

En la sociedad el miedo el campo de la educación es un espacio en donde el miedo se observa con claridad, ya que las clases medias descreen de la capacidad estatal para brindarle a sus hijos la mejor formación, el miedo al futuro es desconcertante.  Pero qué sucede con los sectores menos favorecidos, se pregunta Bude: pues éstos apenas pueden llegar a fin de mes, por lo que deben recurrir a subsidios o ayudas sociales, además, trabajan en tareas de servicios fácilmente reemplazables, y están especialmente sometidos a los efectos de las restricciones salariales. 

El sector terciario de servicio es el objetivo fundamental de la reducción de las condiciones laborales y de explotación para obtener mayores ganancias. Este nuevo proletariado del sector servicios,  en comparación con el anterior “proletariado industrial” es mayormente femenino es étnicamente heterogéneo y tiene capacidades menos concretas.  Los trabajadores se resienten por la presión y el miedo laboral, mientras están expuestos a los cambios de las condiciones de trabajo, a la restricción salarial y a la eventualidad de la explotación, en donde los conceptos negativos de represión y prohibición son reemplazados por los positivos de desarrollo e iniciativa, entonces  la norma ya no es la encargada de impedir el autodesarrollo, sino la de incentivar el deber de construirse a sí mismo. La vida en general queda sujeta por la optimización, en donde lo que  domina no es el miedo al otro,  sino el miedo a nosotros mismos, por aquello con lo que nos dejamos inducir y por lo que nos dejamos seducir , es el miedo a que este proceso, no esté dominado por nadie. Es el miedo  al exceso, al dominio de nadie en donde todos participan.

Actualmente existe un nosotros fragmentado en una sociedad étnicamente heterogénea con un poderoso miedo social  que gira en torno a lo propio  y se siente amenazado por lo ajeno,  es por ello, que los grandes flujos migratorios perturban el orden social generando miedo.


Melina Schweizer

Periodista Dominico-Argentina, ciudadana y libre pensandora

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