viernes, noviembre 22

Montero: el fenómeno musical que nos invita a despenalizar la sexualidad de las personas negras y queer

You live in the dark, boy, I

cannot pretend

I’m not phased, only here to sin

If Eve ain’t in your garden, 

you know that you can. 

Call me when you want,

call me when you need

Call me in the the morning, I’ll

be on the way. 

.

Lil Nas X


Lil Nas X alcanzó en tiempo récord el puesto número uno en las listas de Billboard con su canción Montero que es atrevida, divertida e iconoclasta. El vídeo, además, ha sido el origen de numerosas controversias sobre temas como satanismo, el fin de los tiempos, teorías de conspiración y la pérdida de valores entre las generaciones más jóvenes. Pese a estas impresiones, a mi parecer -de perspectiva obtusa-, Lil Nas X logra hacer una invitación con su controversial vídeo: ¡recuperemos la expresión de nuestra sexualidad!, libre de demonización y prejuicios. 

Vamos a regresar unos siglos atrás, cuando los colonos comenzaron a viajar para expropiar de sus territorios a las comunidades originarias y africanas, cuando comenzaron también a esclavizar a dichas comunidades. Durante la mal llamada “Era de los descubrimientos” las prácticas religiosas impuestas por los colonos pretendían crear una masa homogénea que a su vez terminará siendo una masa que se podía controlar con mayor facilidad. “La demonización del africano y de sus prácticas fue la justificación creada por la iglesia para emprender esta nueva cruzada: la evangelización de los negros.”(Maya, 1998). Esta demonización de las prácticas africanas incluía también la demonización del lenguaje corporal de las personas africanas y de su diáspora en ritos, celebraciones y juntas . 

La danza y la música africana y afro-diaspórica han sido vapuleadas aún en nuestros días por un supuesto carácter exhuberante, sexual y provocador. Algo que usa el joven cantante a su favor y lo explota en las letras de su canción y en las imágenes que utiliza en su vídeo. Mira a la audiencia como diciendo “pues si ya nos fuimos al infierno, vamos a celebrarlo”.                      Por supuesto, también aludiendo a su homosexualidad que es doblemente castigada por ser un hombre negro el que se apropie de estos temas y los teatralice de la manera en que vemos en Montero; lo cual muestra una de las grandes aprehensiones que tiene el mundo contra la sexualidad de las personas negras y queer: está bien que sean objeto de la sexualización, pero no está bien cuando son sujetos de dicha sexualización. 

“Para el imaginario occidental el sexo se ha convertido en uno de los rasgos que definen el ser negro y esta representación se ha seguido reproduciendo difundiendo y renovando en distintos escenarios sociales y a través de distintos discursos.” (Riveros, 2010). Esa asociación está mal vista y es vituperada cuando es la persona negra la que se para al frente y dice esto es lo que quiero para mi, estos son mis gustos, este es mi cuerpo. Lil Nas está viendo llover tweets, comentarios, vídeos y demás con personas atemorizadas y horrorizadas por su falta de mesura y sus formas iconoclastas. El cantante afroestadounidense desciende al infierno y lo hace bailando, retando convenciones religiosas que han sido usadas para exotizar, destruir y rechazar a comunidades negras y queer a través de la historia. 

Montero es un verdadero hito de la música de nuestros tiempos, porque ejemplifica el carácter contestatario de la generación Z que se han abanderado a través de las redes sociales, las expresiones artísticas y el consumo consciente temas donde problematizan roles de género, raza, clase y medio ambiente. Para muchas personas ha sido difícil asimilar que llegó el día en que un hombre negro homosexual podía apropiarse de un tema sacro y diseccionarlo como lo hizo Lil Nas X, reivindicando la sexualidad de las personas negras, las personas queer y problematizando el papel de la religión en los imaginarios de las audiencias. 


Carolina Rodríguez Mayo

Egresada de Literatura con opción en Filosófia de la Universidad de los Andes. Especialista en Comunicación Multimedia de la Universidad Sergio Arboleda. Colombiana de Bogotá.  Feminista interseccional y defensora de las preguntas como primer paso al conocimiento. Escribir poesía es lo único que me reconforta. Todo lo demás que escribo es una invitación al diálogo. Viajera, fashionista, cinéfila y amante de la buena comida. 


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