Cada 8 de marzo celebramos el día Internacional de la mujer sin embargo, dentro de este día debería estar más presente la corriente que lucha por los derechos de las mujeres racializadas, el feminismo negro o afrofeminismo.
El feminismo negro defiende que el sexismo, la opresión de clases y el racismo están estrechamente relacionados.
Este movimiento surgió en comunidades esclavistas, con mujeres que habían sido explotadas tanto en hogares como en campos de trabajo.
Todas estas mujeres negras se mostraron dispuestas a establecer alianzas, con los hombres de su propia etnia al luchar por la abolición de la esclavitud, con las mujeres blancas en la lucha por el sufragio femenino y entre ellas mismas cuando el racismo acabó contaminando el movimiento sufragista estadounidense.
A continuación profundizamos en la contextualización histórica de este movimiento.
En el año 1865 con la Decimotercera Enmienda a la Constitución de los Estados Unidos se consiguió transformar y erradicar la división entre amos y esclavos pero no la diferenciación y discriminación racial.
Más tarde en el año 1870, la Decimoquinta Enmienda extendió el voto a los hombres negros, lo que provocó la ruptura definitiva entre el sufragismo y el abolicionismo. El sufragismo quedó impregnado de racismo, y generó una separación entre las feministas blancas y las negras ya que no fue hasta el año 1920 que las mujeres negras obtuvieron el derecho a voto en EEUU.
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La labor de las feministas negras en los 70 se basó en la lucha por el reconocimiento de su identidad, luchando nuevamente por las representaciones de las mujeres negras en los discursos dominantes. Hablaron de la época de la esclavitud y adoptaron el término parentesco (hermano/hermana) dentro de la comunidad.
A menudo se cuestiona la necesidad del feminismo negro diferenciado de hegemónico, sin embargo la respuesta a este custionamiento es muy sencilla: Hay mujeres racializadas. Y hay que tener en cuenta diversos factores que a menudo olvidamos en el feminismo. La mujer negra se expone a un mínimo de dos exclusiones en la sociedad: de género y de raza. Por este simple motivo, al tener que lidiar con el machismo y el racismo, algunos de los avances que se hacen en el feminismo no se aplican a todo tipo de mujeres.
Para finalizar, cito a Sojourner Truth fue una esclava liberada e iletrada que luchó por los derechos de las mujeres negras y fue la primera en hablar de la doble exclusión que sufren las mujeres negras (de género y de raza). Su discurso “Acaso no soy una mujer” se convirtió en un símbolo del feminismo negro que cabe añadir, que era el que brotaba de la experiencia colonial y esclavista.
Por tanto, podemos llegar a la conclusión de que lo que necesitamos es un feminismo interseccional, por el simple hecho de que no hay un prototipo de mujer universal.
Lihem Giménez
Activista antirracista y afrofeminista
IG: missafrogirl
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