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sábado, julio 27

El mundo arde porque estamos quemados

Graffiti del artista francés Combo en Grenoble.

Lo que está pasando es un hecho histórico. No se trata sólo de protestar contra la brutalidad policial por el asesinato de George Floyd, se trata de luchar y hacer caer de una vez por todas el sistema opresor que lleva siglos matando cuerpos por su color de piel. Ese es el mismo sistema que mata a miles de personas en las fronteras de Europa y dentro de ella.

El mismo sistema que pisa los sueños de las personas racializadas y afrodescendientes en España, pisa los cuellos de personas negras en EEUU y los deja sin aliento. Los dejan sin respiración, como a Ilias Tahiri, a las víctimas del Tarajal, de los CIEs y un largo etc.

Minneapolis está ardiendo porque la gente está quemada, cansada de ver día sí y día injusticias y callarse. Esa misma gente se ha acostumbrado a vivir entre violencia, la que ejerce la policía sobre sus cuerpos y sus vidas sin razón alguna. De vivir rodeados de miedo e inseguridad porque quienes deben protegerlos los están matando. Están llenos de rabia por ver cómo el sistema respalda esas muertes, como el gobierno está del lado del privilegio. Les duele saber que se castiga a los que luchan y se protege a los que matan.

Pero entre toda esta revolución que está pasando la gente prefiere enfocarse en los medios en vez de las muertes, mientras piensan si el fin justifica los medios o no, nuestros compañeros siguen muriendo. Nadie es quién para juzgar el dolor de las personas, la manera que se usa para expresarlo y cómo se actúa en la lucha si no se sufre esa opresión. Hay que tener en cuenta también que la paz jamás llega sola, y si hace falta quemar todo el sistema que está mal para volverlo a construirlo de una forma más justa para todos se debe hacer.

Por otro lado veo a compañeros blancos poniendo siempre excusas para no aceptar la realidad de otros. Se usan argumentos como que todos somos iguales y que la vida de todos vale lo mismo. No, no todos somos iguales y a ojos del gobierno no todas las vidas valen lo mismo, por eso vosotros tenéis el derecho a la vida mientras que otras personas mueren en fronteras o intentando saltar una valla cada vez más alta. En vuestras fronteras, aquí en España. Y muchos de vosotros votáis para que esas fronteras sean cada vez más duras, menos humanas, y de forma indirecta también participáis en esas muertes. 

Esas excusas que se usáis (como negar el racismo en España o la brutalidad policial) para resarcir vuestro ego blanco y para sentiros mejor con vosotros mismos duelen mucho a las personas que forman parte de minorías.

Quiero recordar que el «moro», el «gitano», el chino y el «sudaka» que tenéis como compañeros o vecinos también son minorías y sufren discriminación, así que usad el privilegio que tenéis para hacer antirracismo como acción diaria  y no solo como una publicación en negro o un hashtag. La lucha antirracista es siempre, no nos podemos acordar del racismo solo en ciertos momentos. 

Que hace falta una educación antirracista en las escuelas está claro, pero hay muchos medios disponibles para trabajar en ella y sobre todo para apoyar a las minorías  racializadas y afrodescendientes cediéndoles espacios y luchando por la regularización de todas las personas migrantes. Para que todos podamos respirar y tener la oportunidad de vivir, no solo de sobrevivir. 

Por último recordar que para ayudar a ciertos colectivos no hace falta romantizar la situación de vulnerabilidad compartiendo vídeos de cuerpos negros siendo asesinados por la policía o en las fronteras, los cuerpos de las personas siguen teniendo derechos.

La vida de las personas negras importan, sus nombres y quiénes eran importan.


Soumia Jaity 

TSAP y estudiante. Fundadora de Micablorca y voluntaria en proyectos internacionales y locales sobre minorías. Antirracismo y literatura.

instagram :  @its.soumia y @poemasdeunatalsou



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