«Ver, callar y trabajar» es una frase que ha tenido que decirse varias veces, a lo largo de su vida, la barcelonesa Mati Esteves-García Biajakue y, siendo fiel a su lema, ha logrado, con sólo 26 años, sentirse plena en sus dos profesiones: farmacéutica y árbitra. Su presencia, por ser mujer, afrodescendiente y llevar el pelo natural, puede llegar a desconcertar a algunas personas, tanto en la botica, como en los campos de fútbol, pero ella responde haciendo, creciendo y ganando, a cada peldaño subido, seguridad.
Pareces inquieta, ¿cuál era tu sueño laboral cuando estudiabas? ¿y ahora?
Recuerdo que cuando era pequeña siempre dije que quería ser pediatra. Así, prematuramente, elegí especialización y todo.
Actualmente, soy muy feliz con las profesiones que tengo e ir a trabajar es de las mejores cosas que puedo hacer durante el día. Me gustaría que fuera así durante mucho tiempo. Así que mi único sueño laboral es mantener la ilusión por lo que hago.
Por ese motivo tengo muy claro que todavía no sé hasta dónde quiero llegar, pero voy a querer avanzar siempre.
¿Por qué crees que hay muchas más mujeres que hombres en determinadas carreras como, por ejemplo, farmacia?
Bueno, tal vez hablo más de la cuenta… pero creo que, desde bien pequeñxs, nos han inculcado que el rosa es para las chicas y el azul para los chicos. Y sin darnos cuenta, nos han impuesto lo mismo en relación a los juguetes con los que tenemos que jugar, el tipo de dibujos que tenemos que ver, con quién tenemos que compartir nuestra vida, qué tipo de deporte podemos o no realizar y, por supuesto, a qué nos podemos dedicar laboralmente.
Por eso, creo que en carreras como enfermería y farmacia hay más mujeres que hombres. Y lo mismo ocurre, pero al revés, con ingenierías y matemáticas, por poner un ejemplo.
Por suerte, cada vez son más las personas que se paran a pensar: «a ver, ¿a qué me quiero dedicar?» y se lanzan a ello, por mucho que les digan que eso no es para ellos, que mejor intenten otra cosa. Es genial, porque ya empiezan a destacar mujeres en «profesiones de hombres» y hombres en «profesiones de mujeres».
¿Qué es lo que más te gusta de tu trabajo de farmacéutica? ¿Y lo que menos?
Me encanta el contacto con la gente. Siempre me he considerado una persona muy servicial, con la creencia de que «mi misión» es hacerle la vida más fácil a los demás en la medida de lo posible. Siempre sin olvidarme de mí.
A mi trabajo llega mucha gente porque tiene problemas de salud, principalmente. Así que en teoría el trato con ellos no es fácil de primeras… es muy difícil robarles una sonrisa, pero se consigue, en la mayoría de los casos. Eso sí, también se roba alguna que otra lágrima y, cuando son de alegría, emociona tanto como una sonrisa. Me quedo con esas dos cosas.
Lo que menos… no es en la mayoría de los casos, pero mucha gente no es consciente de la formación continua que requiere una profesión como esta. Y son muchos los que equiparan la figura del farmacéutico a la de otras profesiones que no tienen nada que ver.
Pero al final, estamos aquí para ayudar a la gente y la sociedad está cambiando, igual que lo están haciendo sus intereses, por ese motivo hay que ser un poco flexible y adaptarse.
¿Genera sorpresa verte al otro lado del mostrador en la farmacia?
Genera sorpresa verme en muchos lados. Para bien y para mal.
En la farmacia no sé cuál es el motivo, aunque lo puedo intuir. Pero en mi otra profesión también, trato con niños y estos son los que nunca mienten. ¡Qué haríamos sin nuestros niños!
Gracias a ellos puedo decirte que lo que tanto le sorprende a la gente es que «es una chica», «es negra», «mira, qué pelo tiene».
Al principio, la mayoría se planta delante de mí, como mínimo, con una de estas tres cosas rondándoles la cabeza… hasta que se olvidan de ello y se centran en el servicio que les estoy dando.
¿Y de ser así, cuál es tu reacción?
Desde bien pequeña he oído los mismos comentarios. Mi reacción siempre ha sido la misma: Ver, callar y trabajar.
Al final, son los resultados los que cuentan, más que las palabras. A estas se las lleva el viento.
¡Pero, no sólo eres farmacéutica sino también árbitra!
Empecé a arbitrar el mismo año en que empecé mi Grado en Farmacia, en 2012. Siempre he compaginado mis estudios con esta profesión, y ahora los compagino las dos laboralmente.
Entré con una amiga a un curso de arbitraje femenino que organizaron el verano de 2012. Ninguna sabíamos bien, bien de qué trataba el asunto, pero siempre fuimos muy parecidas en este sentido. Probar cositas por curiosidad y con valentía. Así que nos atrajo eso, algo nuevo y supuestamente no hecho para mujeres.
Actualmente, formamos equipo en Primera División Femenina, ella es mi árbitra principal y yo soy su gran apoyo en la banda.
¿Dirías que es un trabajo de riesgo o no es para tanto?
Yo no he tenido malas experiencias, así que considero que no lo es.
Es cierto que hay árbitros que explican experiencias y situaciones de años atrás, y puedo imaginar que antes sí lo era. Aun así, actualmente y todo el mundo lo ve, no toda la gente se toma el futbol de la misma manera y la posibilidad de que ocurran cosas que no deberían está ahí, por eso siguen pasando. Sin embargo, no es la mayoría de las veces.
¿Qué hace falta para ser buena árbitra?
Antes que nada hay que ser buena persona, si no, ya se puede ser un 10 en el resto, que no va a servir para nada.
Para ser un buen árbitro/a , así les incluyo a todxs, hay que ser responsable, constante, y, sobre todo, honestx. El resto, si se trabaja, llega solo…
Hay que tener muy buena condición física si se pretende llegar a categorías altas. Así que la dedicación es todos y cada uno de los días. Se trabaja tanto con entrenamientos de carrera como de musculación, además de ejercicios específicos para árbitros y asistentes.
El aspecto de entrenamientos de carrera siempre me costó bastante y es el plus que me faltaba para conseguir lo que tengo en el mundo del arbitraje. No hubiese llegado sin mis compañeros y amigos del CEE Sant Gervasi Triatló.
En cuanto al conocimiento de las reglas, es fundamental desde antes de poder coger un silbato. Las clases y exámenes acerca de Las Reglas de Juego son constantes. No dejamos de examinarnos ni un solo año desde que entramos y muchas temporadas llegamos a hacerlo hasta 5 veces, tanto técnica (Reglas de Juego) como físicamente.
Y, por último, está la paciencia. Aunque más que paciencia creo que es pasión. No sé, es una mezcla. Llega un momento en el que entiendes que no necesitas realizar ningún tipo esfuerzo para soportar lo que diga la gente mientras tú estés tranquila y recuerdes todo a lo que has renunciado para ganarte tu puesto y estar donde estás. Al fin y al cabo, aquellos que quieren derrumbarte no han contribuido en hacerte llegar a ese lugar, así que tampoco tienen ningún derecho de echar por tierra todo lo construido.
A diferencia del anterior, parece un mundo muy masculino, ¿lo es?
El futbol lo parece y así han querido que sea siempre, no solo en el arbitraje sino en general.
Pero las chicas, con el apoyo de aquellos que entienden que el fútbol es para todxs, están trabajando muy, muy bien para hacer que esto cambie, y se están viendo cambios muy importantes por parte de todxs. Es un orgullo, la verdad.
Arbitras a hombres y a mujeres, ¿cambia mucho el trato por parte de lxs jugadorxs? ¿Y del público asistente?
Actualmente actúo como asistente en dos categorías, en Tercera División Masculina y en Primera División Femenina, aunque, también puedo hacer partidos como árbitra principal en categorías inferiores a la mía.
El trato por parte de hombres y mujeres es totalmente igual. En un partido masculino, al principio, sí que está el factor sorpresa si hay una mujer y ya no te cuento si se presentan 3. Pero al fin y al cabo, tanto hombres como mujeres van al campo a llevarse sus 3 puntos y al final se concentran en sus funciones y mientras hagas bien tu trabajo todo el mundo te trata y respeta igual.
Teniendo en cuenta lo anterior, ¿cómo se vive en los campos la combinación árbitro, mujer, catalana y afrodescendiente?
Esta parte es muy graciosa también. Yo podría tener una vida tranquila, pero no. Soy mujer, soy negra y me considero tan ecuatoguineana como española y catalana. Además voy y me busco una de las profesiones más queridas en el mundo mundial: el arbitraje. Todo muy bien visto por aquí.
Ahora, en serio, podría discutir con todo tipo de gente. Con machistas, con racistas, con independentistas, no independentistas y con aquellos que no están de acuerdo con mis decisiones arbitrales.
La verdad es que en un campo de fútbol intentan, y lo hacen, hablarte de todo. Pero de la única manera en que puedes vivir todo esto es limitándote a hacer tu trabajo. Como he dicho antes «Ver, callar y trabajar». Eso sí, vuelvo a repetir: Nunca olvidarse de uno mismo. No tolerar ni una sola falta de respeto, contra ti, contra tus compañeros, ni contra cualquier otro jugador y/o asistente en el partido.
Estas dos noticias: https://www.elespanol.com/reportajes/20180122/negro-mierda-no-pinchase-ataque-arbitro-asturias/279222441_0.html , http://www.levante-emv.com/multimedia/videos/comunitat-valenciana/2017-12-02-133426-valenciano-hijo-inmigrantes-hice-arbitro-vocacion-deje-harto-soportar-insultos-racistas.html , demuestran las dificultades que puede enfrentar un ex árbitro en el día a a día , ¿alguna vez has sentido miedo o te has planteado abandonar?
Mis primeros años tuve alguna que otra mala experiencia con algún comentario racista, pero jamás he tenido miedo. Es cierto que al principio recibes «golpes» de todos lados y todavía no eres fuerte mentalmente. Se aprende a base de palos, y es una lástima. Pero como suelo decir, «hay que intentarlo siempre», y como me propuse llegar lejos continué, y eso me hizo más fuerte.
¿Por qué merece la pena continuar?
Cada uno sabe qué le motiva en esta vida y, cuando entiende que él mismo es la única persona que puede llegar a conseguirlo, continúa, por muy difícil que se le pongan las cosas.
Personalmente, nunca permito que alguien acabe con aquello que me propongo, por muy equivocada que haya podido estar en alguna acción. El tiempo pone todo en su lugar y cada uno acaba consiguiendo aquello que merece y por lo que ha trabajado.
¿Qué medidas puede llevar a cabo un árbitro cuando recibe insultos? ¿Surten efecto?
Tal y como nos indicaron en una campaña promovida por la Federación Catalana de Fútbol, si detecto algún tipo de comentario ofensivo, sea el que sea, acostumbro a parar el partido si voy como árbitra principal y a avisar a mi árbitro/a principal, si voy como árbitra asistente. El delegado del equipo se encarga de que el comportamiento de la persona cese y, si lo cree conveniente, le echa del campo. Solemos avisar dos veces, si volvemos a parar por tercera vez debemos finalizar el partido y marcharnos.
Estas medidas surten efecto. Creo que desde que se indicó este procedimiento a seguir el comportamiento de los asistentes en los partidos ha mejorado notablemente.
¿Te llevas el trabajo a casa o cuando acaban los 90 minutos del partido, se te olvida todo?
Podría tomarme al pie de la letra aquello de que «lo que ocurre en el campo se queda en el campo», pero no es así. Creo que los errores son buenos, y si se estudian nos ayudan a mejorar. Así que trato de llevármelos a casa y preguntarme el porqué de los fallos para poder corregirlos en una situación parecida en un futuro. Pero para nada hay que llevárselos para lamentarse y estar preguntándose constantemente por qué se actuó de tal manera y no de otra. Las decisiones, una vez tomadas, no se pueden cambiar, pero sí se pueden mejorar para la próxima vez.
¿Observas cambios desde que comenzaste a arbitrar? ¿Más civismo? ¿Más educación?
Me considero una persona muy bien educada, así que lo que hice fue trasladar mi manera de hacer las cosas a los terrenos de juego. Trato de ser siempre respetuosa con todo el mundo y preocuparme por las personas ante todo.
El hecho de tener que presentarme en un terreno de juego distinto cada semana y ser yo la que tiene que dirigir al resto de personas me ayudó a ser una persona más extrovertida. Aprendí a expresarme mejor en público y empecé a conocer a gente con mucha facilidad. Puedo decir que el arbitraje me ha aportado cosas solo positivas.
Ya tienes dos trabajos, ¿cuáles son tus próximos retos laborales o vitales?
Me apasionan los dos trabajos. Me encanta la farmacia y adoro el deporte. Así que, basándome en lo que me motiva ahora mismo, trataré de unirlos tan pronto como sea posible. Tengo que pensar muy bien cómo orientarlo, pero por ahí va la cosa.
¡Suerte en todo lo que te propongas!
Lucía Mbomío
Periodista, actualmente en “Aquí la Tierra” en TVE
Más textos de Lucía
Twitter @luciambomio
Istagram: luciambomio
Descubre más desde Afroféminas
Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.
[…] “Mis primeros años como árbitra tuve alguna que otra mala experiencia con algún comentario raci… […]