fbpx
jueves, marzo 28

Limpieza bucal: pequeñísimo glosario de términos discriminatorios

Limpieza bucal: pequeñísimo glosario de términos discriminatorios
Imagen de una campaña italiana contra el racismo que hacía énfasis en las palabras

Este es un hiper-mega-ultra corto artículo que concentrará algunas de las “preocupaciones lingüísticas” que me visitan por estos días y que son el resultado del activismo y la intención de comunicarme con justicia.

Si eres una persona adicta de los diccionarios y estricta con el lenguaje no pases de este párrafo, porque efectivamente en este texto me salto las más básicas convenciones lingüísticas.

Se trata de aquellas palabras que usamos de manera acrítica y que sin duda reproducen el racismo, la discriminación racial, la misoginia, la homofobia, entre otras calamidades humanas.

Aquí les van esos términos y ojalá sea de ayuda para quienes no quieren seguir usando el lenguaje del amo, recordemos que sus herramientas no desbaratan su casa.

1. Minoría.​ Las personas negras, al igual que las personas gay, lesbianas, gitanxs, etc. no somos minorías. Mucho menos cuando con el término se quiere dejar ver que nuestros derechos, y la lucha por ellos, tienen menor importancia porque nosotros mismos somos ciudadanxs de segunda. Como le decía a un amigo hace unos días, es mejor hablar de poblaciones, comunidades, pueblos, etnias, etc, pero jamás de minorías. Fíjense que es erróneo que en Cuba, país del cual provengo, se dice que los negros y negras somos minoría, poco menos del 15 % de la población general, según el censo del 2012. Importante señalar que en Cuba, la forma en que se mide variable racial no ayuda a la (auto)identificación de la población afrodescendiente. Mire a simple vista, ¿le parece que allá los negros y negras somos minoría, aun cuando siempre decimos que “quien no tiene de congo tiene de carabalí”?. Yo sencillamente no me lo creo. Porque además hablar de minoría(s) implica una posición de poder: “Ellxs, lxs otrxs son minoría”. No le hagamos entonces el juego a la supuesta mayoría.

2. Denigrar.​ Es uno de los verbos más feo que tiene el castellano, en mi opinión. En su origen está la palabra negro, y sería algo como convertir algo en negro, mancharlo, etc. En su lugar puedes usar cualquier otro sinónimo (​calumniar, desacreditar, deshonrar, desprestigiar, difamar, infamar, vilipendiar) ​y así ayudamos progresivamente a que “lo negro” deje de ser indicativo de desgracia.

3. Esclavo, esclava.​ Sobre todo para la gente afro en Abya Yala: Nuestrxs ancestrxs fueron traídos de Àfrica forzosamente en contra de su voluntad y fueron sometidos al mayor atropello de la humanidad contra sí misma. Hasta ahí lo que sabemos. Cuando les llamamos esclavo o esclava, los estamos reduciendo a una condición que no escogieron y contra la cual se sublevaron y lucharon además. Es importante tener en cuenta también que usar “esclavizado” deja bien claro el rol activo del esclavista y por tanto su responsabilidad en dicho crimen.

4. Negroide​. La escritora Yolanda Arroyo le ha dedicado a esta palabreja un poco de su preciado tiempo. A partir de su llamado de atención, nos deberíamos dedicar a rectificar a quien delante de nosotras, personas negras, se refiere así a nuestro color de piel, identidad racial, etnia, whatever… Para empezar “blancoide” no existe en el diccionario de la RAE, aunque ya saben que no soy muy amante de él. Además esa terminación “oide” tiene cierto sentido despectivo, ¿no creen? A mí es que sencillamente me suena fatal. Si me vas a llamar NEG… usa entonces NEGRA.

5. Hija/hijo de puta.​ Siempre que aparece tal calificativo, para referirse a una persona con un comportamiento cuestionable, comento “dicen las putas que esos no son sus hijos”. Lo hago con la intención resaltar carácter misógino de la mencionada frase, dado que: 1) las mujeres somos las responsables de lo malo que se dice, se hace y se piensa 2) ser puta es deleznable 3) solo se puede ser una “mala persona” si nuestra madre fue puta. ¿Quedó más claro o me enredé mucho?

Hasta aquí, por hoy, la terapia exorcista del lenguaje discriminatorio con el que crecimos. Por supuesto que quedan muchas palabras más, si tienes alguna en mente ponla en los comentarios, intentemos construir un extenso glosario.

 

 

Sandra Abd´Allah-Álvarez RamírezSandra Abd´Allah-Álvarez Ramírez

Licenciada en Psicología por la Universidad de La Habana, 1996; Máster en Estudios de Género, 2008; y diplomada en Género y Comunicación por el Instituto Internacional de Periodismo José Martí. Diez años de experiencia laboral como editora y periodista del sitio web Cubaliteraria. Gestiona la bitácora Negra cubana tenía que ser (negracubanateniaqueser.com) desde junio del 2006. En la actualidad desarrolla el Directorio de Afrocubanas (directoriodeafrocubanas.com). Colaboradora de Afroféminas, Pikara Magazine, Global Voices, Hablemos de sexo y amor y Cuba Posible
Nació en La Habana y reside desde 2013 en Hannover, Alemania.

9 comentarios

  • Obdulia Molina

    Excelente exorcismo Sandra, me agradó por demás, sigue en esa línea Jaja hay que enjabonar y seguir lavando el lenguaje xenofóbico! gracias….

Deja un comentario