
Una de las lecciones más tristes que me ha dado la vida es que en demasiadas ocasiones ser sincero no es lo más inteligente y no lo es por varias razones… para empezar porque da igual cómo expliques eso que sientes o piensas, siempre -siempre, siempre- va a haber alguien al otro lado capaz de retorcerlo hasta convertirlo en algo censurable. No hay una sola frase en la que todos estemos de acuerdo sin peros. Saber esto te va quitando poco a poco las ganas de decir lo que tienes dentro porque, amando la discusión como la amo, ocurre que cansa tener que pelear constantemente contra el mundo y sus interpretaciones de lo que dices.
No sabría decir cómo ocurrió, pero en algún punto mi trabajo me convirtió en una persona a la que escuchan con atención. La mayoría con curiosidad y respeto hacia lo que tenga que contar, algunos con deseos locos de encontrar huecos por los que poder atacarme, sea como sea me escuchan. Sea como sea me leen.
Hoy voy a ser más sincero de lo que muchos considerarían inteligente -probablemente porque no soy tan inteligente como muchos me consideran- y voy a hablar de algo que incomoda enormemente a la mayoría de las personas que conocen mi trabajo: El racismo. El maldito, omnipresente e invencible racismo. Ese racismo tan poderoso que es capaz de hacer que peleemos entre nosotros aún aquellos que lo detestamos. El racismo que mata, que se autojustifica, que se retroalimenta, que se camufla en reacciones cotidianas aparentemente inocentes, que nos separa aun deseando con todas nuestras fuerzas estar unidos…
Prácticamente el cien por cien de las personas que me escuchan son blancas. Es así. No hay negros en mis conciertos, no les veo en mis conferencias, ni interaccionan en mis redes sociales ¿Por qué destaco esto? Porque en ocasiones me resulta muy frustrante sentir que son muy pocos los que me entienden de verdad ahí fuera cuando hablo de lo que es vivir la discriminación que conlleva no ser blanco. Cansa el esfuerzo constante de mostrar al incrédulo que el racismo es real, duele la falta de empatía de aquellos que lo minimizan, de aquellos que le quitan importancia, que lo reducen a algo anecdótico. Agota tener que justificar con buenas palabras -y una educación que a ti no se te muestra- tus enfados ante las ofensas, los chistes, las bromas de mal gusto, los estereotipos, la diferencia de trato y la infravaloración. Es descorazonador, no ya que no compartan tus quejas o tus exigencias de justicia social, sino que te ataquen por plantearlas.
Después de pasados unos días de los asesinatos de Philando Castile y Alton Sterling, después de ver la reacción de la comunidad afroamericana y, sobre todo, de la comunidad blanca de allá y de acá me siento con fuerzas por fin de escribir sobre el tema. Estoy muy enfadado. Me enfada la cantidad de “peros” que la gente es capaz de inventar ante algo tan simple como Black Lives Matters. La comunidad negra estadounidense grita al mundo “¡La vida de los negros importa!” y el mundo, en lugar de contestar con un rotundo “Tenéis razón” opta por poner matices. “Todas las vidas importan”, dicen, “Cada vida importa”… ¿De verdad tenemos que pasar por esto una y otra vez? ¿No podemos centrarnos? Cuando toque hablar de homofobia yo estaré ahí, cuando toque hablar de machismo yo estaré ahí, cuando toque hablar de xenofobia yo estaré ahí… cuando se tenga que defender la accesibilidad para las personas con diferentes capacidades, cuando toque clamar contra gobiernos que reprimen a sus pueblos… pero ahora, ahora permítannos, por favor, que nos indignemos. Déjennos horrorizarnos antes las imágenes que hemos visto, déjennos gritar que no lo aceptamos, que no vamos a permitir que el hombre negro siga siendo tratado diferente por el hecho de serlo. Déjennos decir que ya está bien, que estamos hartos.
Pero no… Una persona escribió en mi facebook que para él #BlackLivesMatters es una banda terrorista -es literal- preguntan qué pasa con los policías asesinados al día siguiente por Micah Johnson, se quejan de que no se arma el mismo ruido cuando un negro mata a otro negro, dicen que los policías sufren de estrés y se sienten amenazados, que el racismo es bidireccional y no sé cuántas cosas más… Me molesta, no tendría que ser necesario, pero contestaré uno a uno a sus “peros”:
1- Micah Johson fue asesinado con una bomba después de que él matara a los cinco policías. Repito: No se le detuvo, no se le juzgó, se le envió medio kilo de explosivos con un robot y se le hizo volar por los aires. Los policías que hemos visto matar a los dos hombres negros textualmente según las autoridades “Serán investigados”. Creo que la diferencia de trato es notable. Obama -presidente de todos los estadounidenses- irá al entierro de los policías muertos. No ha ido al de los dos afroamericanos ejecutados.
2- No se puede montar el mismo ruido ante el crimen que realiza un delincuente -los asesinatos de bandas, de atracadores, etcétera…- que ante el ajusticiamiento perpetrado por un miembro de la policía a personal civil. No sé por qué es necesario explicar esto, pero el segundo cobra para garantizar el bienestar de los ciudadanos, el primero es eso, un delincuente.
3- Si un policía no es capaz de soportar la presión de su trabajo debería dejarlo -o deberían echarle-. Se supone que están entrenados para manejar situaciones de tensión. Si ver como un hombre negro obedece la orden de mostrar su identificación hace que reaccione pegándole cuatro tiros en el pecho delante de una niña y de su mujer no merece ser llamado agente del orden.
4- ¿El racismo corre en dos sentidos? Aquí alguno no me comprenderá, pero si no lo digo reviento: Eso es una soberana memez. El racismo es la falta de consideración de un grupo de personas hacia otro motivado por su color de piel. El racista lo es porque considera al que no es de su color inferior, menos válido, peor… Que haya negros que han terminado odiando al blanco como consecuencia de lo que han tenido que experimentar en primera persona durante toda su vida, siendo injusto -no es válido odiar a un conjunto entero por lo vivido con algunos de sus individuos- no es racismo, es una reacción al racismo porque éste es unidireccional y va del opresor al oprimido.
Antes dije que estoy enfadado. Lo estoy porque todos los que buscan desesperadamente la forma de quitar el foco del hecho incuestionable de que las ejecuciones que hemos visto esta semana son aborrecibles contribuyen a que todo continúe igual. La lucha por lograr un trato y un respeto equitativo debería ser cosa de todos porque por mucho que algunos quieran cerrar los ojos ante la realidad, blancos y negros, hombres y mujeres, heterosexuales y gays no tenemos más opción que convivir y lo más inteligente, lo más sano, lo mejor, es hacerlo en armonía. Que no seamos iguales no quiere decir que no busquemos lo mismo. Los vecinos deberían echarse una mano cuando el otro la necesita y no desinhibirse y mirar para otro lado.
Me siento mal porque hacía mucho tiempo que creía olvidada esa sensación de soledad, de lucha contra molinos de viento. La ofensa no la hace quien la profiere sino quien la recibe. Si yo hago un chiste sobre niños con cáncer y resulta que tu hijo murió de cáncer, quizá yo no quería herirte, pero lo he hecho. En lugar de enrocarme en que no era mi intención hacerte daño lo que debo hacer es disculparme una y mil veces si es necesario porque no hay deshonor ni deshonra en reconocer que hice algo que te sentó mal. En España seguimos oyendo gritos racistas en los campos de fútbol ante la indiferencia de la prensa, la policías los jueces y lo que es peor, el público que se sienta al lado del que grita mono al negro del equipo contrario. En España se sigue viendo al negro como algo exótico, hay una resistencia ilógica a asimilar que el afrodescendiente está aquí, no de visita, no de forma anecdótica, no para hacer los peores trabajos o despertar ternura, sino como parte integrante de la sociedad y no pide privilegios, sólo que se reconozca su existencia, que se valore y se respete sus demanda de justicia social porque insisto, la justicia que consigue un colectivo revierte en la sociedad entera, es un triunfo de la sociedad entera.
Mi voz por sí sola no cambiará nada, pero si tú unes la tuya quizá sí podamos avanzar. Antes de acciones concretas es necesaria la concienciación. Conciénciate, lo sufras o no lo sufras el racismo está ahí, él es el enemigo, no el que lo denuncia.
Autor: El Chojin
Comunicador, compositor e intérprete de Hip Hop
Nacido en Madrid
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Muy emocionada con este texto Chojin. Empatizo de principio a fin. Un chapó muy grande. Saludos
Tristemente cierto e impecablemente razonado. Lo comparto
Antes de todo lo siento por mis tropocientas mil faltas que pueda tener.
Lo siento mucho Ana, pero en muchas cosas que dices no estoy de acuerdo. Estamos en un país que llora la muerte de un policia, un torero, un político, en fin personas que son la cara visible de nuestra sociedad, pero muy poca gente llora por un negro, un gay, una lesbiana, un pobre hombre que no tiene como alimentarse, alguien que padece una enfermedad (a no ser que sea político que entonces esa enfermedad es la peor del mundo). Yo también soy blanca (es la primera vez en mi vida que digo el color de mi piel, y es una sensación tant estranya la que siento ahora mismo…) tengo familiares americanos y lo siento pero el ACOSO I DERRIBO que sufren la gente de color es BRUTAL!, todos lloran la muerte de los policías, pero quien llora la perdida de esas madres que durante años han tenido que enterrar a sus hijos porque eran matados por los cuerpos de seguridad, y no me intentes convencer de que a lo mejor era culpable, porque se del cierto que matan a inocentes por el simple echo de ser negro. O quien llora los terribles asesinatos que hacia la iglesia católica ocultándose tras el nombre de una de las mayores sectas: el kukusclan, porque después de siglos tienen que seguir luchando por vivir si ellos tienen el mismo derecho que nosotros, porque tienen que gritar al cielo que su vida es importante, si es de lógica que lo és! El acoso y derribo que se hace es brutal y que a estas alturas pasen coses como estas me hace sentir asco de la sociedad tant mierda que tenemos.
La primera vez que escuche hablar de racismo fue en la serie americana el Príncipe de bel air, cuando en una escena salia Will Smith conduciendo un coche de lujo y los policías lo paraban porque creían que lo había robado, y no era así, era de su tío. Ese dia lo recuerdo como si fuera ayer mismo, les pregunte a mis padres que porqué lo paraban, y mis padres me dijeron: Tu por ser blanca tienes la presunción de inocencia, la gente que es negra no tienen ese derecho directamente se les culpa. Esta frase se me quedo grabada hasta el dia de hoy. No entiendo como en un país tant super desarrollado somos mas catetos que la gente que vive en peores condiciones que nosotros, porqué se tiene que hablar de razas, como si la gente fuera perros, para mi la palabra raza la utilizo solo para los animales, no las personas, me da igual si es negro, blanco, gris, asiático… me da igual, tienen dos brazos, dos ojos, dos orejas, tienen un corazón, sentimientos, familia, nos reproducimos iguales,etc… y por tanto son igual que yo, personas.
Condeno el racismo des de que tengo uso de razón, no se realmente que sentís vosotros cuando pasa todo esto, pero puedo en la medida de lo posible, y digo intentar porque nunca lo sabre realmente, sentir vuestro dolor. No entiendo como el presidente de EEEUU no hace algo para derribar las murallas del racismo, como no empatíza con su pueblo, nose ahora mismo para mi se me a caído al suelo.
Tienes razón en todo y para mi que una persona de su opinión no es que sea buena o mala, eso le hace ser más personas, pues si por ser artista ya no puedes dar tu opinión este mundo se esta llenando de excrementosa hasta más no poder
Obama si empatiza con su pueblo,pero los que viven en mansiones
Yo estoy de acuerdo en todo lo que dice Chojín. Vivo en Brasil y sé de lo que habla porque lo veo y «sufro» esas reacciones de respuesta ya que yo soy hombre, blanco, europeo, heterosexual, cis (no trans), etc, etc. Es decir, soy un representante estereotípico del opresor, por lo menos de aspecto externo. Pero, Madu, decir que el KuKluxKlan es Iglesia Católica es estar muy muy muy pero que muy desinformado/a. Deberías leer algo más sobre el tema porque el KluKluxKlan ha llegado a aceptar hasta a personas de raza negra en sus filas en algunos estados y comunidades muy particulares de los EEUU pero católicos, muy difícilmente ya que los consideran su enemigo número 1 (por encima de la cuestión racial, inclusive).
El Presidente de los USA no hace nada porque es una marioneta de unos poderes mucho más importantes que «el pueblo».