A pesar de que se han producido avances significativos en la industria de la belleza en los últimos años, la ausencia de maquillaje adecuado para personas de piel negra sigue siendo una problemática que afecta a millones de consumidores en todo el mundo. Esta carencia no solo se refleja en la limitada gama de productos disponibles, sino también en una sensación generalizada de frustración e invisibilidad. Para muchos, esta exclusión refuerza la idea de que la industria, que debería ser inclusiva, continúa priorizando ciertos estándares de belleza basados en la blancura, dejando de lado a quienes no encajan en esos moldes.
El maquillaje, y en particular productos como bases y correctores, tiene como finalidad realzar la belleza natural, entre otros aspectos. Sin embargo, para las personas de piel oscura, encontrar productos que coincidan con su tono ha sido durante años algo muy complicado, ya que, por mucho tiempo, las grandes marcas de cosméticos han centrado su atención en desarrollar tonos claros y medios, ofreciendo pocas o ninguna opción para pieles más oscuras. Esto deja a una parte considerable de la población sin productos que se adapten a sus necesidades, lo que demuestra la falta de representatividad.
Este no es solo un problema de oferta limitada, sino un reflejo profundo de la falta de inclusión en los procesos de desarrollo y diseño dentro de la industria. Mientras que las personas de piel clara tienen una gama cada vez más diversa que cubre una amplia variedad de subtonos, los tonos oscuros a menudo son tratados como una categoría única y genérica, sin tener en cuenta la diversidad dentro de las pieles más oscuras. El impacto de esta exclusión no es únicamente superficial; afecta emocionalmente a quienes se ven marginados.
Para las personas de piel negra, la falta de productos que coincidan con su tono puede tener un efecto profundo en su autoestima, ya que el mensaje implícito que reciben es que su color de piel no es considerado «bello» ni relevante dentro de los estándares de la industria. Este problema no se limita solo al maquillaje, sino que refuerza una narrativa más amplia en la que la piel clara es vista como el ideal, perpetuando estereotipos que vinculan la belleza con la blancura y la invisibilización de otros tonos de piel. Al mismo tiempo, las personas negras se ven obligadas a mezclar productos o gastar más dinero en opciones personalizadas, lo que no solo perpetúa la desigualdad económica, sino que también les priva de la misma experiencia de belleza accesible que las personas de piel más clara pueden disfrutar.
Afortunadamente, en los últimos años hemos presenciado avances que han comenzado a desafiar este statu quo. Un ejemplo destacado es el lanzamiento de Fenty Beauty en 2017, una marca creada por la cantante y empresaria barbadense Rihanna, que desde su debut ofreció una gama de 40 tonos de base, incluyendo una notable representación para pieles oscuras. Este movimiento no solo sentó un precedente, sino que demostró que existía una demanda masiva no satisfecha de productos de maquillaje inclusivos. La respuesta del mercado fue contundente: otras marcas, tanto grandes como emergentes, comenzaron a ampliar sus propias gamas de tonos, aunque muchas aún lo han hecho de manera insuficiente.
Sin embargo, aunque estas iniciativas han comenzado a abrir el diálogo y a mejorar la oferta, todavía queda un largo camino por recorrer. Muchas empresas de cosméticos aún no se han comprometido plenamente con la diversidad en todos los niveles, limitándose a lanzar productos más inclusivos solo cuando la presión del mercado lo exige o cuando es «tendencia». Pero esto no es suficiente, porque el verdadero cambio debe ser estructural y duradero, y debe ir más allá de las campañas publicitarias.
El camino hacia una verdadera inclusión en la industria de la belleza requiere un enfoque en la equidad, donde todas las personas, independientemente de su tono de piel, puedan sentirse representadas. Para que esto suceda, las marcas deben seguir escuchando a sus consumidores, especialmente a aquellos que han sido históricamente ignorados. Esto significa invertir en investigación y desarrollo para crear productos que cubran todos los tonos de piel y contratar a personas negras en puestos clave de liderazgo dentro de las empresas de cosméticos. Solo de esta manera, la diversidad no será una moda pasajera, sino una realidad palpable.
Además de iniciativas empresariales, influencers y activistas también han desempeñado un papel crucial en visibilizar la falta de inclusión en la industria. Un ejemplo es la influencer Golloria, quien, a través de varios vídeos en redes sociales, probó los tonos más oscuros de distintas marcas de maquillaje, demostrando las deficiencias existentes y la falta de opciones. Su trabajo ayudó a exponer la realidad que enfrentan las personas negras cuando buscan productos de belleza y evidenció cómo la industria sigue reforzando una noción de belleza vinculada a la piel clara.
La falta de maquillaje para piel negra ha sido una deuda pendiente de la industria durante demasiado tiempo. Aunque los avances son notables, la verdadera inclusión solo se logrará cuando la diversidad esté presente en todas las etapas del proceso. Para que la industria de la belleza pueda cumplir su promesa de ser para todos, debe asegurarse de que cada persona, independientemente de su tono de piel, encuentre en el maquillaje una forma de verse y sentirse representada. Solo así podrá romper con los viejos estereotipos y construir un futuro verdaderamente inclusivo.
Yovanna Blasco López
Nacida en La República Dominicana. Escritora, activista y luchadora por los derechos humanos. Estudiante de Traducción y Mediación Interlinguisitica.
Instagram: @_melaninwoman_
Email: yovibl@outlook.es Interesada en la igualdad de los derechos humanos y comprometida con la concienciación sobre las personas negras, el racismo y la cultura afro.
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