El exjefe del Mossad, Yossi Cohen, estuvo involucrado en una operación secreta para presionar a Fatou Bensouda, exfiscal de la Corte Penal Internacional (CPI), a abandonar una investigación sobre crímenes de guerra en Palestina, según reveló The Guardian. Estas reuniones encubiertas ocurrieron antes de que Bensouda decidiera iniciar una investigación formal en 2021 sobre presuntos crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad en los territorios palestinos ocupados. La semana pasada, el sucesor de Bensouda, Karim Khan, anunció la solicitud de órdenes de arresto para el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, y otros líderes israelíes y de Hamas, una decisión temida por el establishment político y militar de Israel.
Cohen, nombrado director del Mossad por Netanyahu en 2016, lideró una campaña para socavar a la CPI. Fuentes israelíes indican que su implicación personal fue autorizada al más alto nivel, justificando las acciones por la amenaza que el tribunal representaba para el personal militar israelí. Cohen intentó reclutar o comprometer a Bensouda, ejerciendo una creciente presión y amenazas sobre ella, según fuentes familiarizadas con las operaciones del Mossad.
Bensouda informó a un pequeño grupo de altos funcionarios de la CPI sobre los intentos de Cohen de influir en ella. En sus relatos, Cohen la presionó repetidamente, sugiriendo que «no querría meterse en cosas que puedan comprometer su seguridad o la de su familia». Estas tácticas incluyeron mostrarle fotografías de su marido, obtenidas de manera encubierta, y sugerir que cooperar con Israel sería beneficioso para su carrera.
El Mossad también mostró interés en los familiares de Bensouda, obteniendo grabaciones secretas de su marido que luego intentaron usar para desacreditarla. Los esfuerzos de Cohen se intensificaron cuando Bensouda, en 2019, anunció que tenía motivos para abrir una investigación penal completa sobre los crímenes de guerra en Gaza, Cisjordania y Jerusalén Este. A pesar de los intentos de Cohen de persuadirla, Bensouda siguió adelante con la investigación, que fue confirmada por la sala de cuestiones preliminares de la CPI en 2021.
Israel recibió apoyo inesperado en su complot contra Bensouda del expresidente de la República Democrática del Congo, Joseph Kabila, quien facilitó una reunión en Nueva York donde Cohen sorprendió a Bensouda. Las fuentes indican que Kabila desempeñó un papel importante en el complot, aunque sus motivos no están claros. Los viajes de Cohen a la República Democrática del Congo en 2019, aprobados por Netanyahu, fueron parte de esta operación encubierta.
La administración Trump también participó en la presión sobre Bensouda, imponiendo restricciones de visa y sanciones en represalia por sus investigaciones sobre crímenes de guerra en Afganistán y Palestina. Estas sanciones fueron revocadas tras la llegada de Joe Biden a la Casa Blanca.
En resumen, los esfuerzos del Mossad para intimidar y presionar a Bensouda fracasaron, y la investigación sobre los crímenes de guerra en Palestina continuó. La solicitud de órdenes de arresto para Netanyahu y otros líderes marca un hito significativo en la búsqueda de justicia por los crímenes cometidos en el conflicto israelí-palestino.
Fuentes
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