Carlota Momobela es pedagoga/ orientadora escolar y auxiliar técnica educativa. A raíz de ser madre, puso en marcha un proyecto llamado “Encuentra tu voz”, con el fin de evitar que su hija experimentara en las aulas las mismas situaciones que ella vivió en su infancia. Pese a que ahora su iniciativa esté en pausa, trabaja siempre desde la piel y el género, enfoques muy necesarios en su gremio si lo que se pretende es que ningunx niñx racializadx padezca bullying o piense y sueñe pequeño y se quede, como ya está pasando, en mitad del camino de lo que podría ser su trayectoria escolar.
En esta entrevista, Carlota denuncia la adultificación del alumnado no blanco, la falta de referentes en unos libros de textos blanquísimos y masculinos o los prejuicios que los equipos docentes pueden llegar a tener hacia quienes son o provienen de fuera. Sin embargo, no se conforma con radiografiar el panorama educativo sino que además ofrece un montón de claves que podrían ser muy útiles para cambiarlo si, de una vez, el sector reconociera la existencia del racismo y las consecuencias que tiene.
¿Qué te llevó a formarte como pedagoga?
La verdad, lo que me llevó a estudiar Pedagogía fue la «llamada» de la tierra. Un buen día, sin más, decidí viajar desde mi Madrid natal a Guinea Ecuatorial, mi país de origen, y una vez ahí, me di cuenta de todo el potencial humano que había y las oportunidades a nivel educativo que se podían crear. Siempre me ha gustado el mundo de la educación y, más concretamente, la Pedagogía porque para mí conforma la base de todas las profesiones y de lo que es la sociedad. A través de ella se puede ayudar a las personas a desarrollar su potencial cual brújula que indica el camino.
Y como pedagoga, mujer negra y activista, ¿qué consideras que falta, sobra o debería cambiar en la formación que recibiste?
Lo primero, que se tenga claro qué es el racismo, ya que se trata de una problemática transversal a todas las áreas e inherente a la propia vida. El desconocimiento del mismo y sus raíces provoca en nuestras generaciones y en nosotras mismas situaciones que actúan en detrimento tanto de nuestra salud mental como de nuestro crecimiento a distintos niveles.
Después, hay que modificar la educación que impartimos y que recibimos porque se perpetúan actitudes racistas a través del blanqueamiento de la Historia, la nula representación del resto de la población no blanca, así como la desvirtuación de testimonios y experiencias no blancas.
Y por supuesto, cuando se habla de la coeducación como método para erradicar el sexismo y como apoyo del feminismo a nivel educativo, debemos trabajar con un feminismo inclusivo que tenga en cuenta la idiosincrasia de cada comunidad no blanca y que entiendan que hay diferencias, que no es malo, pero hay que fomentar protección y respeto hacia nuestras comunidades de las que el mundo lleva nutriéndose siglos.
Cuando hablamos de racismo en las aulas, siempre nos referimos al currículo académico debido a que el temario suele ser blanco y masculino, ¿ha cambiado mucho desde que tú ibas al cole como alumna, ahora que eres psicopedagoga?
No, para nada y lo que más me asusta es que el tema de la colonización, no se juzga como moralmente reprochable al contrario que, por ejemplo, el holocausto nazi. Y no se habla del origen exacto de los saberes ni se hace referencia a personas ilustres no blancas que han hecho grandes aportaciones. Debemos cambiar la perspectiva piramidal y empezar a construir la horizontalidad en nuestra forma de relacionarnos.
¿Cuánto de importante es crecer con referentes?
Muchísimo, es tan importante crecer con referentes a nivel académico, social, personal, etc… Ya que al no vernos representadas en una sociedad de la que formamos parte, nuestra autoestima se ve minada y reducimos nuestras oportunidades en base a una proyección negativa hacia nosotras mismas por parte de la sociedad eurocéntrica. Por ejemplo, para que te des cuenta cómo influye el estigma y los prejuicios, te diré que cuando yo estaba en primaria pensaba que nunca tendría novio porque era negra y a los chicos no les gustaban las chicas negras. Es muy triste que una niña descubra que su aspecto provoca rechazo y más aún que eso pueda generar soledad en un futuro, en una edad en la que temáticas como esa no deberían ser ni estar en la mente de una niña.
Nuestra prole y nosotras necesitamos saber que no hay techo, que podemos llegar a donde nos propongamos y que hay personas que han llegado, han aportado y siguen haciéndolo. Esto nos fortalece la autoestima y permite que empoderemos a nuestras comunidades y se hagan más fuertes.
Sin embargo, hay otras problemáticas más allá de lo que sale (y de lo que se oculta) en los libros de texto … por ejemplo, la relación entre raza y rendimiento en ciertos centros educativos. Pero también los sesgos y prejuicios que pueden existir en el equipo docente, ¿qué consecuencias puede tener esto en el alumnado racializado?
Vamos por partes:
Primero, existe una relación cargada de prejuicios entre el rendimiento académico y la procedencia, lo cual veo como una herencia colonial de las teorías racistas respaldadas por la ciencia; en las cuales se subrayaba que las comunidades no blancas, en especial, la negra, tenía un nivel cognitivo inferior frente al resto.
Segundo, todos estos prejuicios innegablemente asentados en la cultura eurocéntrica, propician que el grueso del profesorado, que pertenece a la comunidad blanca, posea de forma inherente esos prejuicios y sesgos en cuanto a comunidades no blancas, se refiere; lo que hace no partir de cero en su relación con el alumnado racializado (de forma negativa ni tratarlo de igual forma que al resto). En consecuencia, la orientación es deficiente, ni cumple los deseos del alumnado ni ofrece igualdad de oportunidades.
Y tercero, la formación del profesorado se sustenta bajo una narrativa racista y con sesgo sistemático de desprecio hacia las demás culturas y/o comunidades partiendo de una premisa supremacista en la que el origen de todo conocimiento útil proviene de occidente, mientras que el resto de comunidades racializadas de forma negativa han existido gracias a un descubrimiento y un proceso civilizador.
Al final el profesorado, carga y retroalimenta sus prejuicios mirando al pasado y proyectándolo en el presente de forma condescendiente o imperativa e intransigente.
Y en la sociedad, en general, ¿en qué se traduce que una parte cada vez más importante de la población crezca desmotivada y sin expectativas?
Bueno, aquí según la persona hay dos vías: la de la profecía autocumplida, en la que todo lo malo que piensas que puedo ser o hacer, acabo cumpliéndolo. Y otra en la que, a pesar del perfil en el que me metéis, salgo hacia delante con el costo de mi salud mental por vuestras expectativas negativas hacia mí y las mías positivas que me hacen forzar la máquina para demostrar que estoy alejado de la proyección que hacéis de mí, en base a prejuicios contra mi comunidad y mis orígenes a todos los niveles.
Hablemos ahora de esa necesidad que, desde la infancia, tiene una parte del alumnado racializado de ser sobresaliente para revertir lo que se cree de quienes son similares, ¿eso qué consecuencias tiene en esa etapa vital?
Pues llegamos a la etapa de la adolescencia y entre el cambio por las hormonas por un lado, y el desarrollo de la identidad por el otro para la adolescencia migrante o descendiente de migrantes el que se les asocie a comunidades con una narrativa negativa puede hacer que, o renieguen de sus orígenes y se identifiquen con el grupo mayoritario hasta el punto de buscar objetivos diferentes a ellos para librarse de la quema; o que el nivel de autoestima sea tan bajito que les lleve a ser víctima de acoso racista y/o de fracaso escolar.
Esa etapa vital es importante, quizás más que la etapa infantil porque ya empiezan a entender algunas cosas del mundo y de la sociedad que les rodea y empiezan el camino a la etapa adulta, a la conversión de ciudadanos y los daños a esas edades, son irreparables ya no solo a nivel psicológico sino a nivel físico pudiendo incidir en el desarrollo de todo tipo de trastornos desde nivel alimenticio a otros niveles. Lo único que puede reforzar a esa adolescencia es la existencia de referentes que les hagan ver que son tan válidos como cualquiera y que sientan orgullo de su historia pasada y presente.
¿Y en la edad adulta?
Pues en la edad adulta, arrastrar traumas de la adolescencia conlleva a dificultades principalmente a nivel social y de aceptación de uno mismo. Tal vez las relaciones que se establezcan no sean del todo sanas o se intente construir sin una base sólida que nos ampare. En cualquier caso, todo esto nos lleva a problemas de salud mental que terminar por agotarnos.
¿Por qué se debe no solo reconocer la existencia del racismo desde las aulas sino también hablar de él y de privilegios?
En primer lugar, y como había mencionado antes, el racismo es una temática espinosa y que por el desconocimiento se reduce al odio por el color o la apariencia física y no es así. Es muy necesario hablar de ello porque se ignora que es una maquinaria potente y sus tentáculos se hallan enraizados en la sociedad de forma muy sólida. El racismo a su vez, genera una serie de privilegios para las personas que no lo sufren, y estos tampoco se entienden porque confunden el hecho de tener una vida con adversidades y que esas adversidades se generen por una condición social limitante e impuesta sin posibilidad de cambio.
Ambas nos matan de formas diferentes, nos va la vida en ello, por lo cual debemos tener esta conversación siempre, es obligada y de vital necesidad.
Partiendo de ahí, ¿hasta qué punto frases como “todas somos iguales” son útiles o… no? ¿Y por qué?
Nunca una frase nos perjudicó tanto como esta; primero porque es una falacia y segundo porque al final se convierte en un arma de doble filo; es decir, un punto de apoyo para conductas que van en contra de nuestro bienestar. Es igual que cuando se habla de que no se ven colores, y se intenta, desde una falsa igualdad negar e invalidar experiencias que muestran todo lo contrario a esa premisa.
Tengo que decir que cuando escucho esa frase, me suena la alerta; no deben confundir el “tenemos los mismos derechos” con “somos iguales” porque se cae en el simplismo de la igualdad y es una frase cargada de contenido y munición, que en malas manos da lugar a resultados catastróficos.
Sigamos hablando de lenguaje, cada vez más desde todos los ámbitos y también el escolar, se está trabajando para que nuestros mensajes en fondo, pero también en forma, estén libres de machismo (AMPA vs APA, términos neutros como alumnado o profesorado…) y… ¿qué hay del racismo? ¿Se ha pensado al menos?
No, es un tema en el que no se piensa porque se relaciona el racismo con movimientos de derecha o extrema derecha o de personas sin educación y/ o conocimiento de ningún tipo; por lo cual ni se concibe un cambio porque no se ve una necesidad, ya que no afecta al grupo mayoritario de las personas que formamos el sistema educativo.
En un taller que impartiste en Rivas Vaciamadrid hablabas de la adultificaciónde la infancia racializada, ¿a qué te refieres?
Cuando hablo de infancia adultificada, me refiero a que cuando se trata de infancias migrantes o con orígenes migrantes, se les atribuyen las características negativas del grupo al que pertenecen, no se les permite tener inocencia; es más, no se concibe que puedan tener inocencia alguna. Ello actúa en detrimento de su desarrollo, sus derechos y sus necesidades. No se les protege porque o forman parte de la infancia a la que hay que proteger, valga la redundancia.
¿Cómo combatir algo así y qué consecuencias tiene en la infancia y la adolescencia no blanca?
Esta situación está relacionada con una de los muchos tentáculos del racismo que, por desgracia, afecta a nuestras infancias no blancas y por ello, como he indicado anteriormente, es urgente la conversación de racismo en el sistema educativo, más concretamente en la etapa de la educación infantil. Algunas de las consecuencias son el ostracismo educativo, poca autoestima, autoconcepto distorsionado, fobias relacionadas con el colegio y/o poco interés por el aprendizaje.
11. Dado que tú trabajas en educación, ¿sabrías decirnos si hay protocolos antirracistas y contra la xenofobia a nivel estatal? Hay un grupo de académicos AFRO que hizo una guía para docentes en el que colaboró alumnado universitario racializado … ¿Te consta que se conozcan o se implementen herramientas así en los centros educativos?
A día de hoy no hay protocolos antirracistas porque no consideran que exista en las aulas y lo más cercano que encontramos es el protocolo contra el bullying; pero no se dan cuenta que el bullying en sí, es un resultado del racismo. Hay una oposición tremenda en los centros a reconocer esta problemática, en querer informarse sobre ella y/o formar a la totalidad de la comunidad educativa. Es más, en las horas de tutoría, que sirven para tratar problemas como este, no se saca partido a las mismas.
Hay una cosa que me resultó muy interesante de tu ponencia y fue que comentaste que cuando ibas al instituto llevaban a personas que daban charlas sobre multi o Interculturalidad en la que se decían “auténticas burradas”, ¿qué errores crees que se han ido cometiendo en ese sentido? ¿Y cuáles serían tus propuestas en ese sentido?
El primero y más grande en paralelo con no hablar sobre el racismo, es el no escuchar a las principales afectadas en este tema; el seguir silenciando y negando la perspectiva acertada que es la de las personas que lo sufrimos en primera persona.
El segundo, es el poco revisionismo histórico objetivo de cómo y porque hemos llegado a este punto; procesos colonizadores, beneficios, reestructuración social, política y económica y sobre todo como el pasado afecta el presente y, por ende, qué nos cabe esperar del futuro y como combatir la adversidad de unas en beneficio de otras.
Mis propuestas están centradas en:
– Clarificar la temática original y dejar de lanzar afirmaciones simplistas para desviar atención y responsabilidades colectivas en el presente.
– Dejar que se oigan las voces de las principales afectadas y, por ende, abrir los espacios para una diversidad real en todas las áreas.
– Modificar el contenido que se imparte tanto en alumnado como en profesorado.
Muchas de nosotras hemos sido las únicas negras del colegio o del instituto, sin embargo, eso ha cambiado y las aulas de los colegios e institutos públicos ya no son sólo blancas ¿y qué hay de los equipos docentes? ¿han cambiado al mismo ritmo que el alumnado? ¿Han cambiado… al menos?
En la actualidad, aunque las aulas han cambiado a un ritmo vertiginoso, los equipos docentes, pese a contar con profesorado migrante o de origines migrantes, siguen siendo mayoritariamente blancos. Puedo contar con los dedos de la mano profesionales racializados con los que me he encontrado durante mi vida académica. Únicamente he visto más profesionales racializados en la educación no formal.
¿Por qué crees que sigue habiendo poco profesorado no blanco? ¿Y por qué es importante que lo haya? Ahora bien, ¿basta con que haya o hay que ir más allá?
No me atrevería a sentar cátedra en este tema pero, al final, creo que hay dos factores: por una parte, la falta de información al respecto de opciones de oposición o cómo prepararnos para ello, y por otra, que, en los tribunales de oposición, mayoritariamente blancos, se puede pasar ambas partes con buena nota, pero para obtener una plaza fija depende de la opinión subjetiva en última instancia del tribunal que es el que toma las decisiones.
Y también se puede señalar que en colegios de índole privado o concertado prima también una cultura racista y de desvalorización de una profesional racializada.
Es importante que haya más profesionales racializados para que el alumnado tenga referentes y alguien que “luche” por sus derechos y bienestar en los centros educativos. En definitiva, personas aliadas de su comunidad.
¿Cuáles serán tus siguientes pasos en la profesión?
Pues quiero concretar y terminar de encaminar mi proyecto “Encuentra tu voz”, dar charlas en centros educativos, culturales, asociaciones y demás y generar contenido para profesorado de los centros educativos y escribir un libro que alterne teoría y experiencia en primera persona o tercera, no lo tengo muy claro aún. Pero lo que sí sé es que hay Carlota para rato.
Agradecerte, Lucia, que me hayas tenido en cuenta para esta entrevista, ha sido un honor tu petición y me ha gustado hacer introspección de mi mensaje, mis opiniones, expectativas y un punto de inspiración para mi (nuestra) lucha.
¡Te seguiremos! Muchas gracias a ti.
Lucía Mbomío
Periodista
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