En la metodología del ejercicio 2020 del Observatorio de la Islamofobia en los Medios se incorporaron dos novedades: el análisis del grado de islamofobia de las fuentes empleadas en cada artículo, y el análisis de periódicos locales. Los resultados del seguimiento realizado a lo largo de todo ese año ponían de relieve la buena actuación de los dos medios locales seguidos, el diario Segre y El Faro de Ceuta, lo que indicaba que a mayor proximidad, mejor cobertura periodística.
Siguiendo con la búsqueda de datos que avancen en esa línea, es decir, la del impacto positivo de esa proximidad en la práctica periodística, concretamente en la cobertura de los asuntos de las diversas comunidades musulmanas de España, en la metodología de 2021 se introdujo la novedad de registrar la presencia o ausencia de voces musulmanas a fin de cuantificarlas y ponerlas en relación con otros datos de los análisis cuantitativos como la mayor o menor carga islamófoba de las piezas analizadas o el criterio geográfico.
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El semáforo del primer trimestre de 2021 dejaba mejores cifras que el último trimestre de 2020 con un 51% de noticias libres de islamofobia (verde) frente al 44% de los tres últimos meses del año anterior. La islamofobia activa (rojo) bajaba del 36% al 29% y la pasiva (ámbar) se mantenía en un 20% en ambos trimestres.
Pero el dato que arroja el nuevo indicador es demoledor, sólo el 13% de las piezas informativas (24 de 178) analizadas ese trimestre recogieron voces musulmanas.
El semáforo del segundo trimestre del año mejoraba considerablemente los datos del primer trimestre con un 67% de piezas informativas libres de islamofobia, un 20% de piezas con islamofobia activa y un 13% de artículos con islamofobia pasiva.
De un total de 200 noticias analizadas en dicho segundo trimestre, 51 piezas recogieron voces musulmanas (25,5%), una cifra que mejora la del primer trimestre pero que es sin duda un dato muy pobre.
En el primer trimestre las noticias que no incluían fuentes musulmanas fueron más islamófobas que las que no contaban con voces musulmanas. Sin embargo, en el segundo trimestre sucedía lo contrario y la islamofobia estaba más presente en las piezas donde sí había voces musulmanas.
Aunque aún hay que esperar a los datos del último semestre del año para sacar conclusiones más sólidas, lo que sí parece claro es que en el corpus de noticias analizadas en el primer y segundo trimestre del año, las voces de las comunidades musulmanas tienen escasa presencia (13% y 25,5 % respectivamente) y que esta tendencia debería cambiar si queremos un periodismo que contribuya a desmontar la estereotipada imagen de las comunidades musulmanas en el imaginario colectivo y reflejar su diversidad, partiendo de la premisa de que los medios de comunicación son la fuente principal de la que gran parte de la población extrae sus opiniones.
Así lo explica Maritza Sobrados León[1] en su trabajo sobre la representación de las minorías en los medios de comunicación españoles, quien indica que la mayor parte de la población de nuestro país no mantiene un trato cotidiano con integrantes de grupos minoritarios, entre los que se encontrarían las comunidades musulmanas, y que “según diversas encuestas la gente se refiere a menudo a los medios de comunicación cuando expresa o defiende una opinión sobre minorías étnicas”. Y de ahí la importancia de que los medios de comunicación eviten esas representaciones estereotipadas ya existentes en nuestra sociedad sobre determinados colectivos, y que contribuyan a su deconstrucción en vez de a su consolidación en el imaginario colectivo: “tienen pocas posibilidades de aparecer como fuentes y sin un discurso propio de éstos, su manipulación es sencilla”, recuerda Sobrados León.
A la espera de que ese trato entre los diferentes componentes minoritarios y mayoritarios de la población se estreche y evolucione hacia una deseable cotidianeidad, la opinión sobre las minorías, entre ellas las personas musulmanas, seguirá conformándose en buena medida a partir de su imagen en los medios de comunicación y esto exige que aquellas estén representadas en primera persona en esos medios como fuentes directa de información.
Quienes trabajan en los medios deberán tener en cuenta aspectos como la variedad dentro de esas minorías o el tratamiento equitativo de todas las voces, evitando recurrir únicamente a fuentes que tal vez por su carácter institucional se autoerigen o son consideradas portavoces únicas de su comunidad, y hacen sombra a la diversidad existente en el seno de esos grupos.
Además de aumentar el número de voces representadas en los medios como fuentes, y de la variedad de estas para armonizar con la propia variedad de las comunidades musulmanas, también habría que avanzar hacia una mayor presencia de periodistas pertenecientes a minorías en las propias redacciones, una asignatura pendiente no solamente en nuestro país sino en todos los Estados europeos. Un estudio sobre la representación de periodistas de origen migrante en los medios alemanes realizado por Neue deutsche Medienmacher desvela que en Alemania, un país donde más de una cuarta parte de la población tiene un pasado migratorio, solo el 6% de los redactores jefe tienen un pasado migrante y que los grupos que se ven particularmente afectados por el racismo y la discriminación no están representados entre ellos.
El camino que debe seguir la prensa de nuestro país no es otro que el iniciado en las últimas décadas por numerosos proyectos y entidades en aplicación de las recomendaciones que llegan desde organismos de la Unión Europea. El Consejo de Europa, por ejemplo, reconocía ya en 1997 el papel que la prensa podía desempeñar en “la lucha contra la intolerancia, especialmente en la promoción de una cultura del entendimiento entre diferentes grupos étnicos, culturales y religiosos” y el Comité de Ministros del Consejo de Europa animaba a los profesionales de los medios a reflexionar sobre las medidas que debían tomar para promover “la tolerancia y el entendimiento”.[2]
En 2020 se publicó Islam, personas musulmanas y periodismo, la primera guía a nivel europeo dirigida a periodistas y destinada a orientar y resolver las posibles dudas en la cobertura de noticias relativas a las comunidades musulmanas. La guía recogía un listado de diez recomendaciones para una buena práctica periodística, tres de las cuales insistían en la importancia de dar voz a las propias comunidades musulmanas:
1._Documentase en profundidad y buscar fuentes diversas tanto de expertos académicos como de personas musulmanas.
2._Relacionarse con la población musulmana con transparencia, respeto y complicidad para crear una relación de confianza mutua.
5._Mostrar la diversidad con variedad de temas e interlocutores para acerca una realidad más certera de las comunidades musulmanas.
En esta misma línea de trabajo, el Observatorio de la Islamofobia en los Medios ha puesto en marcha este año la iniciativa de la Agenda de la Diversidad Musulmana destinada a establecer más canales de comunicación entre periodistas y personas musulmanas que revierta en una mayor y más variada representación de estas en los medios.
[1] SOBRADOS, M. (2006). “Las minorías étnicas en los medios de comunicación españoles” en Revista de Comunicación, nº 5, (134-147).
[2] Recomendación n° (97) 21 del Comité de Ministros sobre medios de comunicación y la formación de una cultura de la tolerancia, Estrasburgo, Consejo de Europa, Octubre de 1997.
Mónica Carrión Otero, co-directora del Observatorio de la Islamofobia en los Medios
*Artículo publicado originalmente en Observatorio Islamofobia
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