“He intentado destacar que el mundo es más hermoso cuando se aprecian las diferencias, se rompen las limitaciones impuestas y no se ve a las mujeres como débiles.”
Fatimah Hossaini
Hoy en día y en pleno siglo XXI, estamos asistiendo a la privación de las libertades y a la aniquilación de las mujeres y las niñas afganas y por ende de la historia femenina de un país entero: Afganistán. Poco a poco, la presencia de las mujeres afganas se está omitiendo o más bien se está borrando de la historia de la humanidad, y además parece hacerlo con el consentimiento del mundo entero, quieto y expectante a los movimientos de los talibanes. Mientras asistimos a la violación de los derechos humanos en Afganistán, Europa, por su parte, está preocupada por sus fronteras. Quiere que sigan siendo infranqueables impidiendo el acceso a afganos y afganas a sus países; Estados Unidos, a su vez, con su salida precipitada demuestra que, en realidad, las democracias en el mundo les importan poco. Y, por último, los países árabes no se manifiestan, mostrando una indiferencia total hacia este grave problema humanitario.
En los medios de comunicación internacionales, vemos como cada día miles y miles de mujeres, hombres y familias enteras afganas intentan salir huyendo de su país ante la mirada impasible del mundo entero.
Es vergonzoso ver la indiferencia total de los países ante tal atropello y violación de los derechos básicos tales como vivir libres en su país, acceder a una educación igualitaria tanto para las niñas como para los niños o incluso poder expresarse libremente.
Dentro de este panorama desolador vemos, por otra parte, cómo los medios de comunicación se centran en mostrar una imagen de las mujeres afganas sumisas, oprimidas, incultas y pobres. Imágenes totalmente orientalistas de las mujeres afganas para cazar seguidores y que solamente despierta compasión, lástima y un afán continuo por salvarlas.
Lejos de esta imagen estereotipada de las mujeres afganas, ellas han sido y siguen siendo mujeres fuertes y valientes. Mujeres activistas: algunas “a cara descubierta” a plena luz del día (actualmente perseguidas por el régimen talibán) y otras en la sombra; pero todas con fuerza y valor manteniéndose firmes en la lucha por su libertad y la de otras generaciones.
Hoy desde aquí celebramos y damos visibilidad a la otra cara de la mujer afgana, luchadora, feminista, fuerte y valiente, la que se queda resistiendo ante la discriminación, la mujer que ni el feminismo imperial ni los talibanes quieren que veas.
La Tienda de Afroféminas
Son gobernantes, activistas, profesoras y artistas que luchan constantemente desde sus contextos contra el patriarcado para recuperar derechos básicos.
Queremos presentar el ejemplo de algunas mujeres afganas, desconocidas para el mundo entero, que luchan férreamente desde hace mucho tiempo contra la opresión, la tiranía y el intento de sometimiento hacia ellas por parte de los talibanes.
Salima Mazari
Salima Mazari nacida en 1980 se la conoce como “la pesadilla de los talibanes”. Se trata de la primera mujer gobernadora de Afganistán en la provincia de Balj del distrito de Charkint. Salima es una de las pocas mujeres en este país que, desde hace varios años, ejerce este cargo y se enfrenta a los talibanes reclutando a gente para combatir contra ellos. Sus conciudadanos tienen tanta confianza depositada en ella que están vendiendo sus tierras y su ganado para comprar armas y unirse a su ejército. Mientras otros gobernadores entregaban el poder o simplemente abandonaban, ella se quedó firme y luchó como una auténtica mujer, resistiéndose a la invasión talibán y negándose a abandonar a su pueblo. Los últimos años, ha obligado a rendirse a cerca de 100 talibanes antes de ser capturada en estos últimos días por ellos cuando tomaron el poder de la capital Kabul. Actualmente, varios movimientos piden desde diferentes plataformas la liberación de Salima Mazari.
Fatimah Hossaini
Fatimah Hossaini de 28 años es artista, fotógrafa, activista y profesora de arte en la Universidad de Kabul. Sus obras transmiten poderosas historias de identidad y feminidad en Afganistán. Fatimah a través de sus fotos intenta mostrar el lado artístico de Afganistán, captando imágenes de toda clase de mujeres desde la moderna que vive en la capital hasta la mujer rural en diferentes provincias. En una entrevista concedida a Women of the west Fatimah Husseini decía:
“Siempre trato de mostrar el lado bello y los retratos no vistos de las mujeres afganas porque lo que los medios de comunicación muestran de las mujeres en Afganistán es la pobreza en medio de la guerra, el acoso social, las restricciones religiosas y nada más. Pero en mi obra de arte las mujeres son los héroes y las diosas de la belleza”.
Con la invasión talibán al país, Fatimah al Hossaini, al igual que muchos afganos, se vieron en la obligación de abandonar el país, dejando atrás sus hogares. Husseini compartía en su página de Instagram su último día en Afganistán y cómo tuvo que despedirse, emocionada, de su tierra. Su último mensaje antes de subir al avión fue:
“Nunca imaginé dejar mi tierra de esta manera. Volví a Afganistán para mostrar el rostro oculto de las mujeres en Afganistán y un lado brillante de mi país. Nunca imaginé que volveríamos a 20 años atrás y que me escaparía para continuar mi trabajo y sobrevivir”
Zarifa Ghafari
Nacida en 1992, Zarifa Ghafari fue elegida la primera alcaldesa de Maidan Shar en 2018, una región muy conservadora de Afganistán. Desde su elección ha sufrido varios ataques y atentados de los que ha salido illesa. Zarifa es una defensora de los derechos de las mujeres afganas, es activista, política y empresaria. Con la llegada de los talibanes el pasado agosto a la capital Kabul, Zarifa se vio obligada a huir de su país y encontró refugio en Alemania. En una entrevista ya en su exilio, afirma que no tiene miedo de morir, pero sí de que callen su voz, y dirigiéndose a los talibanes pide: “no somos la mujer de 2001, no pueden gobernar sin nosotras. Deben aceptarnos”.
Sahraa Karimi
Nacida en 1985, es la primera mujer afgana cineasta y productora de cine afgano. En 2019 se convirtió en la primera mujer presidenta de Afgan Film, máxima organización estatal de cine afgano. En sus trabajos, cuyos protagonistas son mujeres, Sahraa, a la vez, denuncia la discriminación y la violencia hacia las mujeres afganas; y también muestra a sus protagonistas femeninas como mujeres fuertes, valientes y luchadoras. En sus películas como “Mujeres afganas detrás del volante” da voz a las mujeres para que hablen en primera persona de sus vivencias y de sus historias reales en uno de los países más conservadores del mundo. Todo ello lejos de los clichés y los estereotipos transmitidos por los medios de comunicación occidentales. La lucha de Sahraa es por una infancia feliz y por educación libre e igualitaria para las niñas afganas “los extremistas han demostrado qué es lo que más temen; una niña con un libro” Malala.
Karimi siempre ha abogado por dar visibilidad a las mujeres afganas que “sólo queremos tener una posibilidad y libertad, por el amor de Dios, libertad para contar nuestras historias”.
Con la llegada de los talibanes a Kabul, Sahraa se vio obligada como otras muchas artistas, cineastas o actrices a huir del país y seguir luchando por los derechos de las mujeres afganas como refugiada en Ucrania. “Si los talibanes toman el poder prohibirán el arte. Yo y otros cineastas podríamos ser los siguientes en su lista de objetivos. Nos quitarán los derechos de las mujeres, nos empujarán a las sombras, a nuestros hogares, y nuestras voces serán sofocadas hasta el silencio”
Estas mujeres son nada más que un ejemplo de las mujeres afganas valientes y luchadoras por cambiar su historia y su destino. Las hemos presentado con toda dignidad, respeto y orgullo lejos del estereotipo acostumbrado a presentarlas sumisas e impasibles ante su destino. Son éstas las mujeres que el régimen talibán intenta callar, intenta acorralar y hasta matar.
Entre todos y todas, hagamos todo lo posible para que estén presentes en la historia femenina. Para que su lucha sea válida, para que sea igual que la de otras mujeres en el mundo. Cuando dejamos de recordarlas, de mencionarlas estamos haciendo lo mismo que los talibanes, quitarles la voz, acallarlas y no validar su esfuerzo y su lucha.
Dejemos de infantilizarlas, de querer salvarlas, de quitarles valor a su lucha. Las mujeres afganas, en su lucha y a su manera, necesitan nuestra comprensión y no nuestra compasión. Brindémosles apoyo y protección frente a la barbarie talibán.
Siham Ater Sro
Mujer negra, africana, árabe, tuareg, musulmana y española. Soy mujer del mundo, madre, mediadora intercultural, intérprete, profesora de educación secundaria y miembro de Afroféminas.
Chaimaa Boukharsa
Marroquí. Licenciada en estudios árabes e islámicos por la UGR, especialista en feminismo islámico.
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