A partir de la óptica de Occidente, a lo largo de la historia se han ido produciendo distintas invenciones y transformaciones, la mayoría de ellas positivas para el desarrollo del ser humano. Un ejemplo de ello es la revolución industrial. Un evento que hizo que todo aquello relacionado con la naturaleza pasará a un segundo plano para así dar plena atención a las industrias y todo aquello que esté relacionado con estas.
Estos procesos han tenido repercusiones, especialmente en aquellas personas que no residen en zonas urbanas, como es el caso de las tribus indígenas de Brasil. Este país de Abya Yala (Latinoamerica) cuenta con un total de 896.917 personas indígenas “distribuidas entre 305 grupos étnicos” (IWGIA, 2021). De este total, 502.783 residen en zonas rurales.
Desde la invasión europea y el desarrollo de la vida metropolitana influenciada por las industrias, el derecho de los indígenas ha ido retrocediendo progresivamente, más aún tras la victoria del ultraderechista Jair Bolsonaro. El presidente de Brasil está invadiendo tierras indígenas con el fin de hacer uso comercial de estos territorios. Este uso supone la implantación de minas para la extracción de oro, la devastación y deforestación de las tierras que resultan ser esenciales para la vida de estos pueblos. Una ocupación que está suponiendo continuos “ataques y asesinatos de líderes indígenas” (Survival, 2020). Además de tener que frente a la mala gestión de la pandemia por parte del presidente de Brasil.
El negacionismo de Bolsonaro ha sido un genocidio para toda la población brasileña, especialmente para aquellos que se encuentran en situaciones de extrema vulnerabilidad. Los indígenas no se veían afectados por este virus hasta el momento en el estas tierras fueron invadidas. Como bien decía uno de los líderes indígenas, Antonio Guajajara “No es casualidad que muchas tierras indígenas están siendo invadidas, lo que significa que la enfermedad se está extendiendo cada vez más. Lo último que debería ocurrir en un momento como éste es que el Gobierno brasileño dé más apoyo a estas invasiones a gran escala (…) pero lo están haciendo, y esto está empeorando las cosas…” (Survival, 2021).
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La invasión de Bolsonaro hacía las tierras indígenas lleva a una reflexión. Se debe repensar sobre el concepto de desarrollo urbanístico y la globalización del mismo. En estos momentos el progreso se asemeja a la destrucción de un territorio del se pueda sacar beneficios económicos, sin importar a quien pueda afectar esta transformación. Se busca un paisaje homogéneo repleto de rascacielos y/o viviendas unifamiliares, ya que, equivale al “desarrollo”. Se tiene que dejar de pensar en una sola forma de progreso urbanístico y respetar el contexto de cada infraestructura.
Pertenecer a una minoría en Brasil supone estar constantemente siendo el objetivo de un gobierno blanco católico que no responde a las necesidades de la diversidad del país.
Bibliografía
IWGIA, 2020. “Pueblos Indígenas en Brasil” [En línea], disponible en: https://www.iwgia.org/es/brasil/4121-mi-2021-brasil.html
Survival, 2020. “#StopBrazilsGenocide – indígenas brasileños se manifiestan contra nuevo proyecto minero” [En línea], disponible en: https://survival.es/noticias/12351 Survival, 2021. “Brasil: los pueblos indígenas luchan contra el coronavirus y contra Bolsonaro” [En línea], disponible en: https://www.survival.es/noticias/12538
Nerea G. Romero
Licenciada en Sociología en la Universidad del País Vasco. Brasil-España
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