Existe un momento en el que el ser humano pasa de la niñez a la etapa de la adolescencia, y con ello se produce, por lo general, un interés por descubrir e iniciar relaciones amorosas. Este proceso ya es complejo de por sí pues las relaciones requieren su tiempo, su compresión y dedicación, pero si a ello le sumas ser mujer negra o ser una persona no blanca, la complejidad de estas relaciones es mayor y encuentras muchos más obstáculos para conocer a alguien de manera afectiva.
Cuando tu color de piel no se ve deseable en la sociedad, te empiezas a dar cuenta de ello en el momento en el que eres la única persona del grupo a la que los chicos o las chicas no le piden salir o muestran interés. Ser negro/racializado para muchas personas es no entrar en “un tipo” de pareja ideal, o por el contrario estar tan dentro de su interés que es más bien un fetiche que termina suponiendo una preferencia racista. Algo que hace mucho más complicado iniciarse en las relaciones románticas.
Según un descubrimiento que realizó el cofundador de la aplicación de emparejamiento OkCupid, Christian Rudder, la mayoría de los usuarios masculinos votaron como “menos atractivas a las mujeres negras que a otras mujeres de otras etnias diferentes”. Si trasladamos las relaciones amorosas al entorno digital encontramos que las apps de citas a veces dan opción de elegir el origen racial, lo que desemboca nuevamente en discriminaciones.
Algunos usuarios racializados que han utilizado esas aplicaciones aseguran sentirse igual de invisibles en el entorno digital como a pie de calle. Ya que los estereotipos y prejuicios se trasladan al mundo online e impiden conocer a las personas por lo que son en realidad. En Estados Unidos se comprobó que los hombres heterosexuales y blancos tienen cuatro veces más probabilidades de mandar un mensaje a una mujer blanca, antes que a una mujer negra, aún siendo similares las características que se muestran de ambas mujeres en la aplicación.
De igual manera sucede con las mujeres blancas heterosexuales, que en su caso tienen el doble de posibilidad de responder a hombres blancos antes que a hombres negros. Ante esta problemática parecieron reaccionar las empresas de servicios de citas cuando el año pasado a consecuencia del asesinato de George Floyd, y el movimiento Black Lives Matter varios de estos servicios crearon consciencia sobre los efectos del racismo en sus diferentes ámbitos y eliminaron la opción de etnia de sus aplicaciones. Pero ¿ actos como este realmente ayudan a combatir el racismo? Es indiscutible el hecho de que las consecuencias del racismo llegan a toda partes como en casos como estos, pero primero deberíamos establecer un cambio en el mundo real donde las mujeres negras, sobre todo, dejen de ser ignoradas o humilladas a la hora de encontrar pareja. Además sería también interesante que las apps de citas pongan de su parte e intenten establecer medidas que no reduzcan la etnia a una categoría o que a los usuarios se les penalice por los mensajes racistas derivados de la exotización de la etnia, entre muchas otras medidas que se me ocurren.
Por lo tanto para conseguir que las personas racializadas dejen de permanecer en la sombra y terminen dándose por vencidas en el amor, se tiene que dar un cambio que traspase mucho más allá de las pantallas. Los tópicos que se les atribuyen tendrán que ser suprimidos y poder desprenderse de las cadenas que han arrastrado por tanto tiempo, atadas a la idea de que su imagen no es bonita o no merecen un amor que les corresponda.
Cynthia García
Graduada en periodismo por la Universidad Complutense de Madrid
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