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viernes, abril 19

Mujeres negras se apropian del Museu Nacional de Catalunya para un proyecto solidario

Mi abuela, cantaba una canción bajo la voz de Antonio Machín, cada vez que cocinaba los grandes festines de los domingos, en su ritual por vernos a todos  unidos en la gran mesa. La tarareaba bajito, y con ojos melancólicos, mientras asentía con la cabeza, a trozos de la letra. El estribillo decía así: »Pintor si pintas con amor, porque desprecias su color. Si sabes que en el cielo también los quiere Dios. Siempre que pintas iglesias, pintas angelitos bellos. Pero nunca te acordaste de pintar un ángel negro». Tarareo inconsciente en mi cabeza el recuerdo de esta escena, mientras asciendo al gran Museu Nacional d’Art de Catalunya, que se erige ante mi majestuoso, regio, colonial. No puedo evitar sonreír, ante la ironía de que en su interior se encuentren seis mujeres negras, listas para posar ante el objetivo de  Carlota Guerrero. Las musas ,que la fotógrafa barcelonesa, cincela  a golpe de flashes y paciencia, son seis  mujeres negras,preciosas y diversas, que huyen de todo convencionalismo, desafiando con sus pieles negras ,el privilegio de todo aquel escenario burgués.

»Nuestra sola presencia es sinónimo de resistencia’‘, vuelvo a pensar risueña.  No sé si Carlota ha oído aquella vieja canción, pero su idea de este proyecto, es efectivamente, visibilizar el silencio sometido hacia nuestros cuerpos negros, en toda la historia del arte universal. Las grandes obras de arte, desde esculturas, sonetos, obras literarias, lienzos; se han centrado en la belleza de la mujer blanca, retratándola hasta el cansancio, y llenando grandes espacios y museos, de una única visión de lo que supone la feminidad. Pero las mujeres negras también estábamos allí. Relegadas al manto de invisibilidad, que el racismo y el sistema patriarcal a tendido por siglos, sobre nuestros cuerpos.

<<La idea es que cuando una niña negra vaya a un museo, también vea en una obra de arte, una mujer negra que la represente, o al menos le recuerde que ella también es bella, que ella también es en si misma una gran obra de arte >>.  Me parece maravilloso, transgresor, y potente, por eso no puedo evitar asombrarme cuando la incomodidad hace aparición. Ver a aquellas mujeres, posando desnudas y libres, sobre podios, donde antaño, habría sido imposible, que hubieran estado, de alguna manera me hace sentir inquieta.  Repienso toda la enormidad del proyecto, y la importancia de que también estemos en esos espacios, históricamente vetados y me dispongo a ahondar en todas la emociones que me abarcan. Cuando yo pienso en la visibilidad de una mujer negra en el arte, me la imagino como la pintora, la escultora, la creadora. Me la imagino como la artífice de su propia idea, pariendo  proyectos, y pujando revoluciones a través del arte. Ver a aquellas modelos sobre podios, en posiciones reservadas desde siempre a mujeres blancas, por alguna extraña razón, me hizo pensar en la exotización e hipersexualización, a la que estamos sometidas las mujeres negras.  Mi incomodidad, no es infundada, llevamos tanto tiempo, intentando hacernos oír, bajo el ruido del ego, del privilegio blanco en las artes, que a veces olvidamos, que también podemos ser las musas. 

Pero esta incomodidad también es necesaria, porque abre el debate sobre lo que es representatividad, y deja al descubierto, la inteligente labor silenciosa, de la supremacía blanca, que pincelazo a pincelazo, con mucha paciencia, ha dejado en el imaginario colectivo, el mensaje de que no somos bienvenidas de ninguna manera.  Y que por ende no existimos.

Yo quiero ver mujeres negras creadoras, contadoras de sus propias historias, con sus propias voces y tiempos, pero también quiero ver sus bellezas retratadas en grandes lienzos, y exhibidas orgullosas en regias esculturas. Me emociona saber que esta lucha, interseccional y centenaria, no es solo de las personas negras, y que hay artistas blancas como Carlota Guerrero, humanas y conscientes, que ceden, y trabajan codo con codo, para derribar a esos grandes gigantes con los que tenemos que luchar a diario. Es una lucha difícil, cavilo para mis adentros, mientras la veo eléctrica y concentrada dando forma a toda esta gran acción. Pero por muy difícil que sea, la sororidad que he dado por perdida, después de compartir en tantos espacios con el feminismo blanco hegemónico, me toca el hombro por primera vez, en años, y me dice que hay esperanzas.

Las recaudaciones de todas las fotos serán donadas a la asociación ONG Rescate y eso le da mas magnitud a las obras, porque no solo visibilizan el racismo en el arte, también pone de manifiesto otras realidades sociales, a las que están sometidas las mujeres negras refugiadas, que encuentran zancadillas cuando no pueden acceder a la integración, ni al mercado laboral, por el color de su piel. Dejo atrás el Museu Nacional d’Art de Catalunya, con todos sus cuadros coloniales esperando nuevas visitas, y por primera vez, las esculturas de mujeres negras que ondean orgullosas entre sus paredes. (…)Pintor de santos de alcoba, si tienes alma en el cuerpo, porque al pintar en tus cuadros, te olvidaste de los negros»…

Dayana Catá


Título: Ami Diao, Susana Balde, Chelsea, Ring Akual, Maria Sacko, Oumou Sabaly

Cúpula del Museu Nacional de Catalunya, 14 de Diciembre de 2020

Imagen por Carlota Guerrero – Print a la venta aquí / Todos los beneficios irán destinados al proyecto Daphne de ONG RESCATE

Proyecto Daphne busca apoyar a las mujeres y las madres inmigrantes y refugiadas en España que se encuentran en situación de vulnerabilidad, rodeadas de actos de xenofobia y racismo, para cubrir las necesidades básicas y prevenir situaciones de mayor desprotección y fomentar la inclusión en una sociedad de acogida que debe sacudirse la discriminación sistémica que todavía existe.

Podéis contactar con la artista a través de su Instagram:

https://www.instagram.com/carlota_guerrero


2 comentarios

  • Maria Rosa Marcilla

    EXCEMENTE INICIATIVA ANTIRACISTA QUE PROMUEVE LA VALORACION Y A LA DIGNIFICACION DEL COLECTIVO AFRODESCENDIENTE