No, mi color de piel no es para cumplir tus fantasías sexuales. Mi color de piel, mi raza, mi negritud no son una provocación a tus pasiones ni te dan derecho a pasar la línea del respeto cuando te encuentras conmigo.
Incontables son las veces que he escuchado a hombres y mujeres blancos hablar de las expectativas sexuales que tienen en torno a las mujeres negras, mulatas y mestizas, simplemente por nuestra raza. Además, al reprocharle a alguno estos comentarios no entienden por qué he de ofenderme por lo que ellos consideran un halago a mi como mujer negra.
En este artículo, no voy a entrar a considerar lo terrible y retorcido que es que en nuestra sociedad, se considere a la supuesta superioridad en atractivo sexual como un valor digno del cual servirse, cual estandarte en una lucha medieval.
Voy a centrarme en lo que creo hay detrás y lo que nos hace sentir (desde mi experiencia) la sexualización constante de la mujer negra.
Relaciones entre sexo y raza:
La Dra. Mara Viveros Vigoya, Profesora en Ciencias Humanas de la Universidad Nacional de Colombia, tiene un ensayo muy interesante sobre la sexualización de la raza y la racialización de la sexualidad.
A través de este estudio vincula el sexismo al racismo, ya que ambos hacen referencia al cuerpo junto a la experiencia social, para crear división entre los sujetos, en este caso mujeres negras y hombres blancos, para establecer relaciones de poder “fundadas sobre las diferencias fenotípicas”.
Esto presenta un panorama en el que al mirar a la mujer negra, mulata, mestiza como un objeto de deseo sexual por su raza y color de piel, se le separa de las demás mujeres, se les cosifica (sirven sólo para dar placer por los atributos de su raza) y esta definición pone al que define en una posición de poder para definir quién eres tú como mujer negra y cuál es tu lugar/ misión frente al hombre blanco.
La profesora Viveros Vigoya, parafraseando al sociólogo francés Roger Bastide, señala que “Los encuentros sexuales interraciales no se dan a menudo en el respeto y la igualdad de los sexos, sino a partir de estereotipos sobre las mujeres negras como objetos de placer y presas fáciles para los hombres blancos.”
En otras palabras, cada vez que se plantea que las mujeres negras somos más sexuales, se nos reduce – debido a nuestra raza – sólo al elemento del sexo.
Cada vez que se nos reduce como mujer negra = sexo, se ejerce sobre nosotras el derecho a definirnos, ergo desde mi posición de poder de hombre blanco me impongo a ti incluso en la manera en que decido cómo quiero que te vea la sociedad.
No soy tu fantasía sexual:
Como mujer mestiza, muchas veces he sentido vergüenza al vestirme “No vayan a pensar que estoy provocando”. En este sentido, a veces me viene el pensamiento punzante de ser mucho más conservadora al vestir que una mujer blanca, para evitar que se interprete mal o que no se tome como una provocación, sumada a la que trae implícita en el imaginario de muchos y muchas, mi color de piel.
No digo que a las mujeres blancas eso no les pasa. A todas nosotras mujeres, en general siempre se nos sexualiza, pero en este caso me estoy refiriendo a la doble sexualización de la mujer negra por ser mujer y por el elemento “exótico” que aporta a los ojos de los demás.
Al final sigue siendo la discriminación de lo que se considera diferente. ¿Pero quién decide lo diferente?
Soy consciente del enorme daño que ha hecho la industria del porno, a las mujeres en general y en el caso de este artículo a la mujer negra.
Pero no ha sido sólo el porno. Es una idea que vemos reforzada día a día en muchos sectores de nuestra sociedad.
Así que no, no soy tu fantasía sexual y me niego a serlo. Pienso seguir revindicándome cada día más como mujer negra y defendiendome (defendiendonos) de los estereotipos rancios y retorcidos sobre quienes somos las mujeres negras.
Sólo nosotras mismas podemos definirnos.
África Granado Matute
Mujer negra, venezolana de nacimiento, colombiana (de madre) y española/canaria (de padre). Abogada, activista de Derechos Humanos y Experta en Marketing Digital. Actualmente realiza campañas de marketing para proyectos con contenido social, colectivo, incluyente y transformador.
Instagram: @africamatute
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Yo creo que no es tan así. La sexualidad es un atributo del ser humano, no un elemento que lo condena. El hecho de que la mujer negra por naturaleza sea más activa sexualmente, o más atractiva en una relación de pareja que la mujer blanca, eso no la denigra personalmente ni la condena a ejercer el sexo como única actividad. En todo caso la hace más mujer. Seguramente está hablando de una falencia de la mujer blanca, y por qué no también del hombre blanco. Que tengan que cuidarse a la hora de vestirse, y sí, los tesoros hay que cuidarlos, no vaya a suceder que te mal interpreten.