Siempre he creído que la complejidad del ser humano se puede entender desde las relaciones; las relaciones con personas, con animales, con canciones, con situaciones, en fin, las relaciones con todo lo que existe. Algunas veces podría parecer que nos relacionamos de diferentes formas dependiendo del día, o con que nos relacionemos, o como nos sintamos; todo esto es verdad, pero si reflexionamos un poco más nos damos cuenta que también existen patrones de relación que fundamos durante nuestra vida (más que todo la niñez ya que son nuestras primeras relaciones) y que tendemos a repetir, algunas veces nos guían hacia ciertas personas, cosas o situaciones como por arte de «magia». Estos patrones pueden ser fundados por la historia personal, generacional o hasta la historia de género.
Por ejemplo, muchas mujeres tendemos a tener relaciones no muy satisfactorias. Tendemos a la sumisión, así creamos que no, como también a la victimización. Nos creemos princesas que deben ser rescatadas por un príncipe azul y vivir felices para siempre, creemos que en el amor no se puede elegir y que simplemente llega, pero que casualidad que en general llega es el patán que nos hace daño, no nos valora, aquel que nosotras pensamos que podemos cambiar y convertirlo de sapo a príncipe. Esto no es mala suerte, cada mujer tiene exactamente la vida amorosa que quiere.
Aquí comento algunas reflexiones acerca de las relaciones amorosas y del papel que las mujeres asumimos, muchas veces sin ser conscientes:
1. ¿Si tú no tienes una sana relación contigo misma, que puedes esperar? Puede que tengas suerte y te relaciones con una persona que te ayude a valorarte y te ayude a crecer, pero generalmente si llega no lo vas a valorar ya que lo que te va a gustar y lo que generalmente vas a atraer son personas que perpetuan tu ciclo vicioso y toxico.
2. Hay que construir una sana relación con uno mismo y no desde la negación, culpabilidad o frustración sino desde la aceptación y la compasión propia. Claro está dejando atrás la victimización y haciéndonos responsables de lo que pase en nuestras vidas.
3. Siempre nos gustan el mismo tipo de personas, no son iguales, pero sabemos que tienen cosas en común, detalles. Esos detalles pueden ser leídos y descartados si no es lo que queremos. El punto es que sepamos lo que queremos y que creamos que lo merecemos. ¿Qué clase de persona quisieras a tu lado?
Durante mi vida, solo he sufrido por un solo hombre, mi papa. El me engaño y me hizo sentir insuficiente. Sufrí mucho por él, hasta que me di cuenta que el dolor es inevitable, pero uno elige porque sufrir. Así, decidí dejar de victimizarme y en cambio sacar de esa experiencia lo que quería y lo que no aceptaría en mi vida. Yo no recuerdo haber escogido a mi padre, pero sí sé que puedo escoger con quien relacionarme, puedo escoger a mi pareja, a mis amigas, en fin, puedo tomar muchas decisiones para mi vida. Así, dejando atrás tanta novela y falso romanticismo, decidí reflexionar que quería de una pareja y que no toleraría, claro está, pensando que me lo merecía, y por arte de magia, me he encontrado con parejas que me han hecho crecer y he evitado encontrarme con otras que no tenían nada que aportar a mi parecer. No digo que debemos evitar el dolor, eso no lo podemos hacer, lo que intento expresar es que cuando se vuelve un ciclo, en el que se repite, una y otra vez, la misma historia, es hora de tomar consciencia y pensar que es lo que se quiere. Esto no es fácil, ya que no es solamente nuestras heridas internas también está la sociedad, todas esas películas románticas, a veces nuestras familias y hasta amigas ayudan a que mantengamos esos patrones de relación tóxicos.
4. En la vida no solo elijamos y tengamos claro lo que nos causa placer también elijamos por qué estamos dispuestas a sufrir. Yo puedo decir que lo que quiero de una persona es que me sostenga muy bien económicamente y que el hecho de que me sea infiel o no, no me importa mucho: si sufro por eso, es mi decisión. Puede que mi pareja ideal sea fiel y que no me importe mucho la economía, si sufro por la falta de dinero, es mi decisión. Puede haber algunos más equilibrados, pero la verdad es que el dolor siempre estará presente en nuestras vidas y la pareja perfecta no existe, y tampoco es que seamos perfectas para exigirla.
5. Nuestro sufrimiento en el amor radica en que a nosotras las mujeres no nos enseñan a elegir a una pareja, generalmente somos elegidas. Lo que nos enseñan es que debemos hacer o ser para ser elegidas. Este pensamiento se puede evidenciar desde cosas tan simples como que generalmente las mujeres no piden citas a hombres, ellos son los que deben pedir las citas ya que puede ser mal visto, podemos parecer desesperadas o regaladas, pero ¿porque? están son las cosas que debemos empezar a replantearnos ya que por lo menos para mí si una mujer ve a un hombre que le gusta, que cree tiene potencial y lo invita a una cita es porque esa mujer es decidida, sabe lo que quiere y no espera que nadie le traiga lo que quiere, ella va por lo que desea.
No me malinterpreten, soy muy romántica y me encuentro en una relación de 9 años en la que soy completamente feliz, tengo 3 perros y estoy gestando a Adrián hace 7 meses, no soy diferente a las demás mujeres pero sí sé que la mayoría no tienen el placer de elegir cada día a su pareja, de sentirse plena, amada, apoyada, valorada, claro que no todo es perfecto, las relaciones son difíciles pero sé que lo que me duele lo elegí, de hecho cada día elijo y en cuanto aparezca un dolor que no estoy dispuesta a tolerar sé que tendré que revisarme de nuevo porque este proceso no termina, está presente cada día de nuestras vidas, en cada relación, de hecho como madre y mi relación con mi hijo he tenido que comenzar también un proceso profundo.
Así mi resolución es la siguiente: Construyo una sana relación conmigo misma e indago en mi interior que es lo que quiero, por qué estaría dispuesta a sentir dolor y por qué no. Me permito elegir y me desato de las cadenas que me hacen sentir que no merezco lo que deseo. Cuestiono mis creencias y me quedo con las que me nutran en el alma. Observo críticamente a la sociedad y me convenzo de que no tengo porque conformarme, aunque eso es lo que vea en la mayoría de la gente. Creo relaciones que nutran mi ser y suelto todo aquello que no me permita crecer.
Johana Lara Cortes
Colombia
Johana ya ha sido mama!!!
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Ame con locura esto, en serio <3 ME ENCANTÓ!