» El hombre blanco es necesario, es necesario porque ve porque ve el movimiento desde otra perspectiva». Decía una servidora hace aproximadamente un año, antes de encontrarme ante la figura de un hombre blanco protagonista, un hombre blanco que lidera luchas que no son suyas, un hombre blanco con cargos de poder en asociaciones de visibilización del colectivo afro, un hombre blanco con falta de autocrítica, un hombre blanco que tiene por saber único el adquirido en los libros, un hombre blanco que entiende ser de izquierdas como una liberación del bando opresor. Y no es así.
No señorxs blancxs. Mi discurso no es violento por ser real, por basarse en vivencias, por ser directo, claro, conciso. Violento es pasar por la parada «caídos de la división azul con comandante Franco» de lunes a viernes dado a la ideología que esta persona tuvo. Violento es tener que desviar mi camino a casa cada vez que juega el Real Madrid, para no llevarme un susto en el metro. Violento es que mi espacio personal sea invadido con manos que tiran de mi pelo mientras cuentan chistes sobre él. Violento es que con la cantidad de médicos profesionales afrodescendientes que hay en España, nunca me haya topado con uno.
No señorxs blancxs.Que hayas leído muchos libros de historia o de clases sociales o de sociología no te hace experto en racismo. Hablar de racismo sin haberlo experimentado para crear conciencia crítica o buscar soluciones al problema, es perfectamente comprensible, y lo tolero, y me gusta. Hablar de racismo desde el ego y el eurocentrismo, sin tener en cuenta las personas que lo han vivido es irresponsable. Hay que escuchar a las personas, la verdad única y absoluta no está escrita ni en los libros de antropólogos blancos, ni en los libros de los afroamericanos de los 60′. Que aunque ambas fuentes me parecen acertadas, pienso que hay que ir más allá, hay que escuchar experiencias de hoy, HAY QUE ESCUCHAR A TUS VECINOS NEGROS.
No señorexs blancxs. PUEDES LIDERAR MIS LUCHAS, no es puede. Hay que saber utilizar ese privilegio para ser aliado, no protagonista. Hay que dejar atrás esa guerra de egos, asumir el privilegio y ser capaz de manejarlo de manera favorable para todas las partes. No importa cuán grande sea tu compromiso con el colectivo negro, no importa cuántos amigxs negrxs tengas. No. No se trata de eso. Se trata que aunque seas el blanco más concienciado del mundo, NO PUEDES LIDERAR NUESTRAS LUCHAS. No se puede visibilizar a la comunidad negra con un portavoz blanco. No importa si tienes ocho hijos negros adoptados, te leen como blanco y por ello no empoderas, más bien TE APROPIAS DE SUS LUCHAS. Debilitas al colectivo en el momento en que calas su voz para dar protagonismo a la tuya.
Hola gente blanca, esto va para vosotrxs. Esto es una petición, una pequeña petición. Siento la necesidad de pediros que reconozcáis vuestro privilegio y que dejéis de comparar la situación de la comunidad negra con otra clase de discriminaciones, que nos os sintáis atacados por la creación de espacios no mixtos (vosotrxs no soléis cuestionaros por la ausencia nuestra que es la regla general). Y sobre todo, que entendáis que no sois ajenos a nuestras luchas y por ello debéis escucharnos para trabajar juntos.
Autora: Winie Idjabe Makuale
Estudiante en la Universidad Complutense de Madrid
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Cuando dices:
«No señorxs blancxs»
«Hola gente blanca, esto va para vosotrxs.»
te diriges a mucha gente, muchos de ellos (la mayoría, quiero creer) que son tus aliados, no tus enemigos. Yo no sé quién te ha pedido liderar tus luchas. Yo, desde luego, no. Y sin embargo me siento atacado por este artículo. Estoy contigo, no contra ti. No te quiero ni sustituir, ni que me sigas, sino caminar a tu lado (yo no tengo, ni quiero, ni tú necesitas que te guíe a ningún sitio). Quizá podrías reflexionar sobre el tema del ego, del que hablas, o el de escuchar a los demás. Reserva tu rabia para quien se la merece, no para tus compañeros de camino.
PD: los blancos también podemos ser víctimas de racismo. Te lo dice alguien «mediterráneo» (o lo que quiera que me quisieran llamar) que lo vivió en Austria. Se pueden oír muchas cosas, simplemente escuchando.