Tres referentes de la comunidad afro, transmiten el relato de sus vivencias para dar cuenta de la necesidad de ser visibles en una sociedad que se ha negado a aceptar su existencia, la lucha por defender sus derechos y la incansable búsqueda de mecanismos que preserven, exalten y difundan su cultura.
Llevar con orgullo la negritud en un país donde desde el Estado se ha promovido un mito que niega la existencia de la presencia africana en el ADN nacional, y que con total impunidad logró trascender e instalarse en todas las esferas de la sociedad, sin duda alguna, no debe ser fácil. Es así como se constituyó a la Argentina «blanca y europea» y se dejó a los afroargentinos como extranjeros en su propia tierra, es por esto que: Yael Bonga Martínez, Patricia Gómez y Madoda Ntaka, expresaron sus vivencias.
Esta fábula la explica el profesor y licenciado en historia Omer Freixa, quien afirmó: «Toda sociedad es racista desde la base. Pero en Argentina, el silenciamiento y la invisibilidad son formas de describir un proceso de ocultamiento que descansa en una premisa racial, donde las minorías aparecen marginadas o silenciadas». Lo cual, da cuenta de la necesidad de aceptar la composición étnica y la amplia variedad cultural de su sociedad.
Línea de tiempo con los hitos de la comunidad afroargentina
Para Yael, referente afro en el Ministerio de Cultura de la Nación, candombero de cuna, capoeirista e integrante del Movimiento Afrocultural, el ser afrodescendiente en Argentina ha sido una experiencia con muchos matices, con algunas anécdotas buenas, otras no tanto pero que, igual han quedado en su memoria. «Una Vez ya en la secundaria, cansado de repetirle a mis compañeros que era argentino y de que no me creyeran, le dije a uno de ellos ser cubano a modo de chiste y sin fingir ningún acento, cuando casualmente había visto mi DNI, confirmé que solo así podía creerme. Esto me hizo caer en la cuenta de que había algo en mis rasgos que no les permitía asumir mi argentinidad», Recordó.
Es que a los afros que nacieron y se criaron aquí, al salir de su entorno familiar e interactuar con la sociedad, en algún momento les tocó pasar por la incómoda situación de ser motivo de burla por sus rasgos o ser apodados con el nombre de algún personaje público fenotípicamente negro: Cirilo, Mario Baracus, Balderrama, Muqueño, Obama, etc. Circunstancias de las que Yael, afroargentino de nacimiento y descendiente de uruguayos, no estuvo exento y aseguró: “Esto indica que para el ojo ajeno uno es antes que nada, un ‘negro’». Además, está plenamente convencido de que:«El afrodescendiente que crece en la Argentina debe atravesar el proceso «patito feo» en donde, primero nos sentimos distintos, feos y luego, es el reflejo con otros afros y entendiendo quiénes somos, pasamos a ser hermosos cisnes», concluyó.
Por su parte Patricia Gomes, vicepresidenta de la Sociedad Caboverdeana de Dock Sud y estudiante de derecho, definió su afroargentinidad como «algo Complejo adentro y afuera». En sus Propias Palabras ella explicó: «Hacia adentro porque construirse y asumirse como negra es un proceso largo, difícil y en pleno movimiento. Desde que nacemos nuestra identidad se ve bombardeada constantemente con cosas siempre negativas. Que nuestro pelo es malo, que nuestro color de piel siempre es objeto de comentarios (que somos muy negras o que «por suerte» no lo somos tanto), que nuestras caderas son muy anchas, etc. A ello debemos sumarle la hipersexualización cuando los signos de la madurez comienzan a asomar. Caminar en las calles se vuelve una tortura. Así y todo, nunca somos lo suficientemente «aceptables» para estar ocupando lugares públicos».
Con esta mirada Patricia, descendiente de caboverdianos adujo: «Intentamos ser negras en un país racista que nos dice que somos feas y al mismo tiempo nos acosa. Intentamos y lo logramos. Tuve la suerte de crecer en una familia que se enorgullece de su negritud, pero tuve más suerte de tener conmigo una referente que me enseñó el camino del orgullo negro. Mi tía Miriam Gomes, ha tenido, y aún tiene, un papel fundamental en mi proceso y en mi construcción como negra. Desde pequeña supe quien soy, de dónde vengo, y me enseñaron a amar eso. «
LA ARGENTINA DESDE LA MIRADA DE LOS AFRODESCENDIENTES
En este contexto y al margen de cada experiencia, la Argentina aun no termina de reconocer su diversidad cultural. Es por esto que la Organización internacional para las Migraciones (OIM) Argentina, en busca de visibilizar la contribución de las personas migrantes de origen afro al desarrollo de las sociedades en las que viven y en el marco de la Campaña “Soy Migrante”,difundió este video testimonial en el marco de la conmemoración del «Día Nacional de los Afroargentinos y la Cultura Afro».
A su turno Madoda, descendiente de sudafricanos por el lado de su padre y argentino por parte de su madre, reflexiona en que tal vez en su infancia y en el barrio donde residió, sufrió la discriminación por parte de algunos vecinos pero, no dudó en reconocer que fuera de ello siempre se ha sentido pleno con su condición étnica. Por otra parte, admitió: «He Tenido las mismas oportunidades que una persona «blanca» en el aspecto educativo y laboral y en los demás órdenes de la vida. He podido acceder a la Universidad, estudiar y graduarme de la misma forma que otro ciudadano».
Por su profesión de abogado y en el pleno ejercicio de su labor en los temas más variados del derecho, asesorando y llevando adelante juicios en los diferentes tribunales, admitió: ”He estado presente en audiencias de las más variadas, frente a distintos jueces y secretarios y, siempre he recibido el mismo trato que cualquier abogado, sin distinción racial. En algunas oportunidades, hasta creo haber corrido con ventaja por mi condición de afrodescendiente, en particular en mi profesión”.
Autora: Lisa María Montaño Ortiz
Fuentes:
http://www.diariopublicable.com/26/6369-ser-negro-en-argentina.html?preview=true&revision=40361
https://prezi.com/qs__egqa1o_y/afroargentinos/
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