El afrodescendiente al paso de los años ha sido el individuo que más ha sufrido abusos y desigualdades. En los últimos meses, gracias al auge tecnológico hemos podido observar como la brutalidad y genocidio policial está tomando auge día tras día en diferentes partes del mundo y como políticamente el negro como tal no tiene respaldo alguno del sistema social ni mucho menos judicial. Esta problemática la llamo racismo contemporáneo, que es un racismo subliminal que está creciendo desmedidamente, basado en la aceptación cultural del negro pero no en la aceptación del negro como individuo.
El simple hecho de pensar que por nuestro color de piel podemos ser protagonistas en experimentar abuso policial es realmente indignante e inhumano.
Al paso del tiempo caí en razón que continuamos viviendo en un mundo cruel en donde la supremacía del hombre blanco está tomando auge, producto del trasfondo histórico relacionado con el tráfico de esclavos y el proceso de colonización que tomó lugar en América y Europa. Es importante mencionar que el proceso de colonización tenía como principal objetivo castrar la cultura y costumbres de los pueblos colonizados, enfocándose en la subordinación y devaluación del individuo.
Actualmente estamos experimentando una nueva forma de colonización basada en la apropiación cultural del negro pero centralizada en hacerle ver al mundo que nuestra cultura no es de nosotros sino de ellos (hombre blanco). Al esto tomar lugar, el valor de la idiosincrasia del negro empieza a decaer y cuando vemos… va a llegar un momento en donde nuestra cultura y costumbres se van a convertir en una simple moda que no va a ser valorada ni apreciada.
Nuestro sistema está continuamente denigrando y estereotipando la imagen del pueblo afrodescendiente mediante la implementación de una agenda mediática centralizada en comunicarle a las masas parámetros de imagen y de vida errados, esto con el objetivo de crear una percepción desproporcionada de lo que realmente es el negro como individuo, como ser humano.
Entre más los medios de comunicación y la televisión nos proyecten de forma negativa, más estamos expuestos a injusticias y prejuicios sociales. A medida que no empecemos en trabajar por cambiar la manera en la que estamos siendo proyectados, continuaremos siendo testigos de cómo este sistema macabro abusa de nuestra gente y comete actos inhumanos que acaban con la vida de muchos hermanos.
El afrodescendiente como tal es quien debe de llevar sus costumbres y cultura con orgullo y sin inhibiciones. No debemos de estar avergonzados de quienes somos o de dónde venimos; nuestra laboral principal es explotar nuestras raíces culturales y no dejar que fuerzas externas utilicen lo que es nuestro sin valorar el contenido histórico y el trasfondo que nuestra cultura abarca.
Autora: Ayshell H. Grant
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Y lo más tremendo, es que para el blanco ve todo como comercial y con ánimo de competecia. Con lo que primero utiliza la cultura agena, sin reparar en lo sagrado o invaluable para el negro o el indígena; y crea desigualdad entre las personas para defender su absurdo capitalismo extremo. Y todo porque esa es su cultura.
El blanco, no ve en que el negro baila, canta, pinta, teje, cocina, habla, reza, entre otras, para sentirse feliz, para lograr bendiciones y para alegrar a los demás. Más no lo hace (o hacía) para competir o sacar provecho monetario; eso lo impuso el europeo y hoy creo desigualdad entre nosotros.