Me presento: soy Jainaba, me llaman Jai porque pronunciar mi nombre a la gente caucásica se le hace muy difícil. Pensé que si acortaba a mi nombre a tres simples letras me ayudaría a evitar batallas inútiles sobre cómo pronunciar mi bonito nombre, pero no, sigo teniendo las mismas batallas.
Nací hace poco más de 21 años, en un entorno totalmente blanco, lo típico, era la única niña negra de la clase, anhelaba que un día mi pelo fuera lacio y cayera hacia abajo… pero siempre muy consciente de que era negra y por ello diferente. Después de unos cuantos años de plena aceptación de mi pelo y un año y ocho meses de mi Big Chop ya no soy capaz de verme con trenzas, me siento disfrazada, pero no es por ese motivo que hoy escribo cómo me siento.
Llevo unos tres años queriendo entender mis raíces sin haber pisado aún la tierra que dio la vida y ansias de lucha a mis padres, supongo que como todas, que no nos han dejado sentirnos españolas plenamente con la simple pregunta de: y tú? de dónde eres?.
Cada vez que voy construyendo mi negritud, veo que nuestra unión cómo comunidad de negros, de mujeres, de jóvenes es inexistente. Es inexistente porque no creemos en nosotros mismos, porque nosotros, después de todo somos nuestro propio enemigo. No se trata de mentes colonizadas y de mentes descolonizadas, se trata que en el fondo no creemos en nosotros mismos. A la vista está cuando surgen iniciativas afro y en cuentas de solidarizarnos, secundarlas o apoyarlas, las criticamos, pensando que dicha acción no llegará a ningún lado. Somos un colectivo bastante grande, pero invisible. Invisible porque no nos apoyamos, no nos queremos y no queremos aceptar la parte de culpa que nos toca. La culpa es nuestra, más allá de la culpa que tenga el poder hegemónico. La culpa es nuestra por no creer en nosotros cómo colectivo. La culpa es nuestra por tener debates superfluos de yo soy más negro que tú porque yo llevo el pelo afro y tú llevas cosido. La culpa es nuestra por no creer en nosotros mismos, por haber permitido que nos hagan creer que ser negro es ser inferior. Pero hoy, yo me planto aquí. No necesito ver cómo unos se creen más negros que otros, no me apetece ver cómo nos criticamos entre nosotros. Sólo pido una cosa: que si verdaderamente nuestra madre es África, nos tratemos y cuidemos cómo hermanos que somos, por nosotros, por nuestra negritud, por África.
Autora: Jainaba
afroespañola, 21 años
Nueva colaboradora de Afroféminas
foto portada: https://es.pinterest.com/pin/189151253078171796/
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Hola, acá en Venezuela desde el año 2000, hemos emprendido una lucha por el autotreconocimiento y reconocimiento de la afrodescendencia, considerando los aportes politico,social, economico, cultural, intelectual, tecnologico, cosmogonico, entre otros que hicieron las y los africanos y sus descendientes. Una de las consecuencias mas terrible, el carimbo mental es el endorracismo. Creemos que el termino negro, mas allá de los movimientos que quieran resignicar el termino, no contribuyen a esa tara mental de la vergüenza étnica. La autodefinicion de negro en sentido de orgullo no nos dice el lugar de procedencia,niega a nuestros abuelos,invisibiliza tu historia, niega tu tierra, no tienes arraigo.