Afroportuguesa de origen caboverdiano y residente en Escocia, Isabel Moura Mendes es una de las programadoras del Festival de Cine Africano de Londres (Film África).
Ha llevado a cabo una fabulosa selección de películas del continente dirigidas por personas de los PALOP (países africanos cuya lengua oficial es el portugués).
Destacamos de su labor una presencia femenina nada desdeñable en los papeles protagónicos y en la dirección.
Nos encantan las Afroféminas que promocionan y visibilidad a otras Afroféminas.
¿Isabel, podrías contarnos cuál es tu labor en el Festival de Cine Africano de Londres?
Soy una de las programadoras del Festival. Junto a Jacqui Nsiah, lideramos un equipo que incluye a dos personas más y que focalizan su trabajo en la sección de cortometrajes.
Pero tú ya has trabajado en muchos espacios culturales antes del Festival…
Sí, trabajo como gestora cultural freelance. Eso me permite colaborar con una serie de iniciativas culturales en Edimburgo, lugar en el que resido, pero también en Londres y, un poco, por todo el mundo.
Me encanta el arte y creo en su poder de transformación, por eso siempre acabo envuelta en proyectos de cine, literatura, performances… Una de las cosas que más me gusta es trabajar con cine africano.
¿Cuál ha sido la mayor enseñanza que has recibido en este tiempo? ¿y la mayor sorpresa?
No dejo de sorprenderme con la diversidad y riqueza cultural del continente. África está, en este momento, dividida en 54 países, pero la variedad de lenguas, dialectos, tradiciones, grupos étnicos, creencias y religiones, gastronomía, etc… va mucho más allá.
Tardaría una vida entera en descubrir, explorar y aprender acerca de este inmenso espacio cultural. Esa ha sido mi mayor enseñanza y mi mayor sorpresa.
¿Cuáles son tus futuros proyectos?
En el Festival queremos continuar este camino de afirmación como espacio privilegiado en Londres para la celebración del cine y de las diferentes culturas africanas.
Personalmente, mis proyectos futuros pasan por ir a mas festivales internacionales de cine africano ya que estas plataformas son idóneas para ver producciones recientes, expandir redes de contactos, conocer realizadores de primera mano, etc…
Tras el Film Africa de este año voy a viajar a Berlín para participar en el Afrikamera, exactamente, con ese objetivo.
Una de las cosas que más me ha gustado de tu selección de películas ha sido el hecho de que muchos directores no son directores sino directoras… ¿Hay muchas directoras de cine africanas? ¿Y en la lusofonía?
Cada vez hay más directoras, pero todavía son una minoría. Esto tiene que ver con realidades culturales y sociales en muchas sociedades africanas que atribuyen a la mujer un papel secundario, ligado, únicamente, a los quehaceres domésticos, etc…
El papel de contador de historias (como por ejemplo, los griots) se ha atribuido tradicionalmente, al sexo masculino, de modo que, cuando hablamos del trabajo que han llevado a cabo los realizadores africanos para reclamar su propia voz, sus propias historias o sus propias imágenes (imaginería), debemos de tener en cuenta que ese camino es aún más complicado en el caso de las mujeres.
Por eso, para nosotras es importante que El Festival funcione también como plataforma para que el trabajo de calidad que están produciendo pueda verse en una ciudad de la talla de Londres.
Pese a las diferencias existentes entre cada directora, ¿existen elementos comunes a la hora de contar historias?
Personalmente, y considerando que yo misma soy mujer, creo que hay una sensibilidad diferente. Pero eso se puede decir de cualquier persona con una función creativa. El trabajo creativo tiene mucho de personal, en el caso del cine eso se manifiesta en las temáticas, en la forma de abordarlas, en la mirada/ perspectiva, etc…Cada creación es única y esa especificidad comienza en su creador.
Yo hago, siempre que puedo, apología de la pluralidad y creo que las mujeres hacen más grande y expanden infinitamente la multiplicidad de miradas y voces que salen, en este momento, del continente africano, sobre todo, en lo que respecta a las industrias creativas.
Otra de las cosas que me ha gustado ha sido el hecho de ver a muchas mujeres protagonistas. ¿Eso es normal en las películas o se debe a tu selección?
Nuestra labor como programadoras implica garantizar un nivel de calidad transversal a todo el programa. Buscamos, también, tener una representación geográfica lo más inclusiva posible. El hecho de que haya mujeres protagonistas tiene más que ver con haber escogido las historias que estxs cineastas querían contar.
¿Y cómo es el rol de esas mujeres en las películas? ¿Se corresponde con la realidad?
Nos encanta que cada vez más cineastas apuesten en sus películas por mujeres para encarnar el papel central. Creo que está más que merecido teniendo en cuenta el rol esencial que ellas desempeñan en sus sociedades. Es algo para ser estimulado y celebrado, sin duda.
Sólo un inciso: no soy investigadora académica del cine africano, de ahí que no creo que tenga autoridad para hablar como tal.
Desde mi punto de vista, y tras cinco años programando cine africano, he observado una creciente sofisticación en la forma en la que las mujeres son representadas en la gran pantalla. Me gustaría destacar el papel que las actrices africanas han desempeñado en este desarrollo.
Contamos con ejemplos como el de la senegalesa Aïssa Maïga (‘Bamako’, ‘Tey’, etc.), que ha hecho muchísimo para revelar la profundidad, resiliencia, sensibilidad, complejidad, dignidad y belleza de la mujer (africana).
Siempre se dice que la cinematografía francoafricana está dirigida, sobre todo, a los festivales, la angloafricana, fundamentalmente, al público y el vídeo, para ver en casa y… ¿Qué hay del estado del cine PALOP (países africanos de lengua oficial portuguesa) y de su distribución? ¿Sería fácil para Afroféminas hispanohablantes encontrarlas?
Infelizmente, la respuesta es no. Hay cada vez más plataformas para ver cine lusófono. En Portugal, el FestIN hace un trabajo muy interesante, Cabo Verde tiene dos iniciativas que merecen mención –el Oya! En San Vicente y el, recientemente, creado Plateau en la ciudad de Praia (la capital, que está en la isla de Santiago).
Mozambique y Angola han avanzado organizando muestras de cine esporádicas que son de alabar pero que, sin una financiación consistente, no tienen garantizada su sostenibilidad.
El panorama a nivel de producción cinematográfica es también incipiente –perpetuado por la falta de inversión en formación, espacios de difusión en condiciones para el cine o equipamiento. Esta realidad dificulta bastante el desarrollo y afirmación del cine de los PALOP.
¡Recomiéndanos una peli, por favor! Y dinos por qué te gusta.
Me gustaría recomendar “My Voice” (Nha Fala) de Flora Gomes (Guinea Bissau). La razón de esta elección tiene que ver con el hecho de que es una de las películas realizadas por una de las personas que forma parte de la cifra total de profesionales del cine PALOP en las últimas décadas. La película forma parte de nuestra sección “Libertad lusófona:40 años ya” que conmemora el 40 aniversario de la independencia de las ex colonias portuguesas en África.
De un talento inmenso y proviniendo de un país cuya filmografía es prácticamente inexistente, el trabajo de Flora demuestra el potencial que aún está por explotar en el espacio lusófono de manera específica y, en el continente, desde una visión más global.
Las otras razones para escogerla son que se trata de un musical grabado en la isla de San Vicente, en Cabo Verde, lugar de donde es originaria mi familia.
¡Muchas gracias!
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