Lo progresista no te quita lo racista
El periodista auto-proclamado “de izquierdas”. Tan ambiguo, ambivalente y equidistante a veces, pero tan pasional en la defensa de sus ideas en otras ocasiones.
Ilustración de Vicki Nerino
Ya hace tiempo que lo venimos diciendo: el abanderado de izquierdas es un arma de doble filo. Los y las periodistas que se auto-denominan defensores de la izquierda o progresistas finalmente resultan ser menos de fiar que los votantes de Vox.
Lo cierto es que al hombre de derechas al fin y al cabo lo ves venir. Al de izquierdas, no. El hombre de izquierdas es ese fiel defensor de sus ideas, que él percibe como progresistas. Sin embargo, sorprende su pasividad ante ciertas situaciones en las que claramente se producen injusticias y opresiones hacia aquellos colectivos que, desgraciadamente, no cu...