Marian y Elisa eran y son primas hermanas. Las unía el cariño que se tenían en la niñez y la violencia que recibieron de mujeres y hombres de la familia.
A las dos se les consideraba demasiado buenas, demasiado consideradas, eran «las tontas de la familia» porque ser buena gente no era un valor.
La vida las separó y al cabo de muchos años las reencontró. Para entonces todos los violentos habían muerto o eran tan vulnerables que daba igual su presencia.
Ambas por separado habían llegado a sitios parecidos: habían estudiado lo que querían, tenían familias, hijos y seguían siendo buena gente.
Se pidieron perdón, se abrazaron en la distancia y se dieron tiempo para llegar adónde lo habían dejado.
Elisa respiró aliviada al ver que al fin había encontrado un familiar para quien ella no significase «la que se fue a España» o lo que es lo mismo «la que vale si manda dinero». Al fin podía conectar con un recuerdo bonito de su pasado.
Con Marian pasó algo parecido. Estaba encantada de comprobar que Elisa era la misma persona y que la abundancia europea no la había transformado.
A día de hoy, Marian y Elisa, dos mujeres negras, han comenzado un camino de emprendimiento sobre la base de la cooperación y la confianza. Y es que la gente buena cuando coincide, saca lo mejor de sí.
Antoinette T. Soler
Directora y creadora de Afroféminas
Y quien os responde en forma de «periódico» en el IG cuando el debate se pone bueno 😅
Licenciada en Filosofía por la Universidad de La Habana. Consultora especializada en género y raza. Máster en comunicación de empresas por la Universidad de Zaragoza.
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