El estado español dejó muchas asignaturas pendientes en la descolonización, y el Sahara Occidental es una de las más sangrantes. La editorial Wanáfrica acaba de publicar una colección de relatos de la vida en los campamentos de refugiados saharauis. Baída Rahal, autora de “Una mujer que espera» ,nos acerca a esta realidad a través de catorce relatos cortos centrados en lo femenino.
Baída nos muestra este testimonio desde una perspectiva femenina. La mayoría de sus protagonistas son mujeres con todos los condicionates que tiene esto en los campos. Estamos hablando de la reivinciación de la mujer saharaui y sus padecimientos, en una sociedad marcadamente patriarcal, como manifestación de un potente feminismo saharaui.
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Baída denuncia con franqueza los problemas que padecen las mujeres saharauis en relación a las normas religiosas, la poligamia y la tradición. Estas normas atenazan a la mujer en los campos y la mantienen en un plano de sumisión, a peasar de ser una pieza fundamental de su estructura social.
La autora denuncia la insolidaridad de los que tuvieron la posibilidad de migrar, denuncia la crisis generacional de la juventud saharaui, denuncia la ineficacia de la burocracia polisaria, denuncia los errores cometidos por la diplomacia saharaui que han vuelto a traer la guerra a una población ya de por si castigada. Es quizás un canto de la desesperanza de un pueblo abandonado por el resto del Mundo en manos de una ocupación marroquí salvaje e inmisiricorde.
Este libro de relatos es un llamado de atención al abandono sufrido por todo un pueblo.