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jueves, abril 18

Mi piel no vale 0’80 centimos

(…)»Hay gente que piensa que el valor de una persona depende de su color de piel. Por eso los sellos tienen un valor distinto,según el color de la piel que representan. Cuanto más oscuro sea el sello, menor valor tendrá. Reflejando así una injusta y dolorosa realidad, que no debería existir»Así empieza correos su última campaña de publicidad, Equality Stamps, lanzada justo en el aniversario de la muerte del Afroamericano George Floyd. La idea, es que los sellos, mientras más oscuros sean, menos cuesten, así mientras más lejos vaya tu paquete, más sellos tienes que usar. Y reflejar de esta manera la discriminación racial y la injusticia que vivimos las personas negras y afrodescendientes. Pero… acaso no es paradójicamente racista, está campaña que nos quiere vender todo lo contrario?

No es la primera vez que las grandes multinacionales y compañías, ven en las luchas,un buen filón para sacar tajada y llegar a más gente. No hay mala publicidad, rezan por ahí, y ellos los saben. Se lucran por el camino, y sin que haya más repercusión, que la visibilidad masificada de sus servicios, y el malestar de las minorías, una vez más usadas como carne de marketing. Marketing disfrazado de buenísmo y ayuda a una causa. Tendremos que seguir agradeciendo el eterno paternalismo del blanco salvador.

¿Acaso no habría otras maneras de luchar contra la discriminación racial? ¿Acaso no sería más efectivo, que en correos no trabajarán solo personas blancas? ¿Acaso no sería un buen apunte que se posicionaran en contra de el cierre de los Cíes o en contra el racismo institucional y sistemático de la ley de extranjería? ¿Acaso no es colorista seguir perpetuando que mientras más clara sea la piel, más aumenta su valor? ¿No es ceguera  no pensar, que este tipo de campañas  siguen reforzando el estigma de que valemos menos? El problema es más grave y tiene más enramajes.
El solo hecho de defender este tipo de publicidad, con rezagos esclavistas, con la idea de que es destinada a la concienciación de las personas blancas, que siguen sin ver el racismo estructural, refuerza la teoría de lo mal enfocado de la historia. ¿Acaso nosotros no consumismos también los Servicios de Correos? Además de formar parte de una publicidad, colorista y racista como esta, ¿no somos parte también de la sociedad? ¿Acaso no nos duele ver esto?

No darle importancia a campañas como la que ha hecho Correos, y otras marcas en el pasado, es contribuir a que se sigan perpetuando ideas erróneas,mal ejecutadas y racistas. El posicionamiento es importante, aunque irónicamente se les de lo que quieren, que hablen una vez más de ellos.

Mi piel no vale 0’80 céntimos. Y la de mi madre no vale menos. Mi piel es herencia de sangre, dolor y vida. Está repleta de historias, legados y un amor infinito, al que abrazo cada mañana al mirarme al espejo. Mi piel no es carne de marketing, ni de mercado. Y es tan valiosa, como lo es mi ancestralidad  y la de mis hermanes. Mi piel no se vende por menos, como en las plazas donde vendieron a los míos, luego de raptarlos y arrastrarlos encadenados a través del mar. Mi piel no es para vuestro consumo. Dejad de lucraros de nuestro dolor y nuestros cuerpos, dejad de seguir usándonos como carne de cañón, para seguir llenando vuestros bolsillos capitalistas. Dejadnos vivir de una vez en paz.


Dayana Catá

‌Educadora especial y escritora. Ante todo humana, negra, cubana, mujer y activista. Todo en ese orden y con el mismo grado de intensidad.


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