Eleanora Holiday Fagan, más conocida como Billie Holiday, nace el 7 de abril de 1915 en Filadelfia y muere el 17 de julio de 1959, con apenas 44 años, en Nueva York. Fue una cantante de jazz y es considerada una de las voces femeninas más importantes del género musical, junto a Sarah Vaughan y Ella Fitzgerald. Uno de sus temas más conocidos es Strange Fruit, considerado una de las mejores canciones del siglo XX por la revista Time en 1999. En ella se habla sobre los linchamientos que vivían los afroestadounidenses en los estados del sur.
Es hija de dos padres adolescentes, Sadie Fagan y Clarence Halliday, de Baltimore, demasiado jóvenes para hacer frente a la crianza de una niña. Esto hizo que su padre las abandonara para continuar con su carrera como guitarrista y bajista de jazz y que su madre a menudo se ausentara para trabajar sirviendo en el ferrocarril y la dejara por largas temporadas con familiares y conocidos. Uno de ellos, su vecino Wilbur Rich, la violó con apenas 9 años, tras lo cual fue enviada a una escuela católica, de donde escapó dos años más tarde. Al violador, en cambio, solo le dieron una pena de tres meses de prisión.
En 1927 se traslada con su madre a Nueva Jersey y desde allí a Brooklyn. Allí las dos se dedican a las labores domésticas en un burdel, donde acaban ejerciendo la prostitución en unos años convulsos para dos mujeres negras solas en la gran ciudad. Mientras limpiaba los escalones y baños de aquel lugar, escuchó por primera vez los discos de Louis Armstrong y Bessie Smith, que tanto la influyeron en su desarrollo como cantante. La casa fue asaltada el 2 de mayo de 1929, y la joven y su madre fueron enviadas a prisión donde pasaron unos meses hasta ser liberadas.
Hacia 1930, después de la Gran Depresión, comienza a actuar en varios clubes de de Harlem (Nueva York) y fue entonces cuando Eleonora se convirtió en Billie Holiday. Tomó su nombre de una actriz llamada Billie Dove, a la que admiraba, y de su propio padre, que finalmente cambió a Holiday. La artista se asoció con un vecino, el saxofonista tenor Kenneth Hollan y formaron dúo actuando por los principales clubes de la región, como el Grey Dawn, Pod’s y Jerry’s y el Brooklyn Elks’ Club.
A finales de 1932, reemplazó a la cantante Monette Moore en el bar Covan’s. Allí solía acudir el productor John Hammond para escuchar a Moore, cuando vio la actuación de Holiday a principios de 1933. Tan prendado quedó de la artista que organizó su debut discográfico en noviembre de ese mismo año, con Benny Goodman.
Es en ese momento cuando empieza a dispararse su fama, cuando, después de la grabación de una prueba en los estudios de Columbia con un pequeño grupo de músicos dirigidos por Goodman, sale a luz la canción Your Mother’s Son-In-Law.
Al año siguiente, en noviembre de 1934, actúa en el teatro Apollo, donde comienza a cosechar muy buenas críticas. A partir de ahí, empieza un bagaje musical por numerosos e importantísimos clubes de Manhattan.
En 1935, Holiday firma con Brunswick para grabar melodías de swing con el pianista Teddy Wilson para el comercio de máquinas de discos, en pleno auge en ese momento. También solía acompañarla el saxofonista tenor Lester Young, de quien se convertiría en amiga íntima hasta el final de su vida y de quien quiso despedirse en marzo de 1959 tras su muerte, pero no le fue permitido.
Entre los años 1937 y 1940, grabó composiciones como My Last Affair (This Is), I Can’t Get Started y Night and Day o Fine and Mellow, una de sus propias. Paso a paso se fue convirtiendo en una de las artistas negras de jazz más reputadas en Estados Unidos.
Pero junto con el reconocimiento vivió de lleno la discriminación hacia las personas racializadas tan presente en aquellos años. Ella misma recuerda en sus memorias un episodio en que no se le permitió actuar en el mismo quiosco que al resto de vocalistas por ser negra y que ganaba bastante menos que el resto de artistas blancos por el mismo trabajo. Esto ocurría especialmente en los estados segregados del sur, donde era a menudo interrumpida por el público cuando actuaba o recibía improperios por parte de los asistentes. Tampoco se le dejaba usar el ascensor o bajar al comedor en los hoteles en los que se hospedaban durante la gira, lo cual colmó la paciencia de Holiday.
Quizá por eso cuando en 1939 llega a sus manos la letra de Strange Fruit, una canción basada en un poema sobre el linchamiento a los afroestadounidades, escrito por Abel Meeropol , un maestro de escuela judío del Bronx, no dudó en interpretarla en el club Café Society, a pesar, incluso, de las posibles represalias. Le recordaba la letra a la muerte de su padre, a quien se le había negado tratamiento médico por un trastorno pulmonar debido a los prejuicios raciales. La composición es considerada hoy la primera canción protesta de la era de los derechos civiles. Uno de sus versos dice así:
“De los árboles del sur cuelga una fruta extraña / sangre en la hoja y sangre en la raíz / cuerpos negros balanceándose en la brisa sureña.”
Pero junto a su éxito y fama creciendo como la espuma, parece que en aquel tiempo comienza también su adicción a las drogas. Se ha rumoreado mucho sobre su dependencia a los psicotrópicos y también y a la marihuana desde muy niña, pero fue la heroína la droga que la destruyó a partir de los años cuarenta. Además, no ayudó que su vida personal estuviera caracterizada por una serie de relaciones con hombres violentos que no hicieron nada por sacarla del oscuro mundo de las drogas en el que estaba metida, sino que llegaron a hundirla más en él, si cabe. A su último marido conocido le dedica My Man, cuya letra dice:
“No sé por qué tengo que hacerlo / No es honesto / Me pega, también / ¿Qué puedo hacer? / Oh, mi hombre, lo quiero tanto”.
En septiembre de 1946, Holiday rueda su película más importante, Nueva Orleans, en la que actuó junto a su admirado Louis Armstrong y Woody Herman. Acosados por el racismo, el productor Jules Levey y el guionista Herbert Biberman redujeron los papeles de Holiday y Armstrong para evitar la impresión de que los negros creaban el jazz, con lo cual se seguían repitiendo las escenas de discriminación.
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En mayo de 1947 fue arrestada por posesión de narcóticos en su apartamento de Nueva York, y, aunque la liberan en marzo del año siguiente, vuelve a ser apresada el 22 de enero de 1949 en su habitación del Hotel Mark Twain en San Francisco. Ya desde ese momento comienza la persecución policial hacia la artista, posiblemente por haber sido capaz de cantar una canción como Strange Fruit, y que durará hasta su muerte. Además, tras su detención pierde su tarjeta para actuar en los clubes de Nueva York, lo que la imposibilitó a trabajar en ellos durante la última década de su vida. Ello y sus adicciones hicieron que perdiera gran parte del dinero que había podido conseguir los años anteriores con sus actuaciones y que se viera abocada a morir con menos de un dólar en su cuenta bancaria.
En 1957, el programa The Sound of Jazz, de la CBS, retransmite una interpretación de Fine and mellow de Billie Holiday junto a Ben Webster, Lester Young, Vic Dickenson, Gerry Mulligan y Coleman Hawkins, que es considerada una de las más relevantes en la historia del jazz.
A finales de mayo de 1959, es hospitalizada por un dolor en el hígado y problemas de corazón, pero durante ese tiempo se le encontró nuevamente en posesión de narcóticos, por lo que pasó sus últimos días bajo arresto domiciliario en el hospital Metropolitano de Nueva York. Allí muere el 17 de julio de 1959, a la edad de 44 años, de un edema pulmonar y una insuficiencia cardíaca causada por la cirrosis del hígado que sufría. La artista fue enterrada en el cementerio Saint Raymond, en el Bronx de Nueva York.
Apodada “Lady Day” por Lester Young, ejerció una influencia innovadora en la música jazz y en el pop. Era conocida por su entrega vocal y sus habilidades de improvisación, que ayudaban a suplir su falta de formación técnica. Su voz, como ella, fue evolucionando con el tiempo de una voz infantil y llena de vitalidad hacia otra más ronca y áspera, principalmente por al abuso del alcohol y las drogas. Pero aun así nada arrebataba la intensidad de sus canciones, a menudo potenciada por el traslado de sus duras vivencias a las letras.
Algunas voces críticas han hablado de ella como la mejor cantante del siglo, como la definía Robert Christgau, pero, además, cantantes mundialmente conocidos como Frank Sinatra, Janis Joplin, Nina Simone y Amy Winehouse han hablado de la artista como una gran influencia.
Entre las creaciones que se han hecho para homenajearla se encuentra la película Lady Sings the Blues, autobiografía de la artista, estrenada en 1972 y protagonizada por Diana Ross, quien recibió el Globo de Oro y fue nominada a un Óscar por aquella actuación. Más tarde, en 1986 se estrena Lady Day at Emerson’s Bar and Grill, una obra de teatro con música de Lanie Robertson y protagonizada por Ernestine Jackson, en el Teatro Alliance de Atlanta, cuyo interés ha perdurado en el tiempo, pues llegó a los escenarios de Broadway en 2014. Asimismo, en 1987, U2 lanzó Angel of Harlem, también como forma de rendir tributo a la artista, y, fuera del plano musical, entre muchos recuerdos a Holiday, el alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, prometió en 2019 erigir una estatua en su nombre con motivo del Día de la Mujer, pero aún sigue pendiente de producirse. Además, el mundo de la música la reconoció póstumamente con 23 nominaciones a los Grammy, de los que ganó cuatro estatuillas, y fue incluida en el Salón de la Fama de los Grammy y el del National Rhythm & Blues.
La nueva película que narra la vida de Holiday, Los Estados Unidos contra Billie Holiday, se ha estrenado hace unos días para contar el hostigamiento policial que sufrió la artista por su adicción y por su himno antirracista. Basada en la novela Chasing the Scream: The First and Last Days of the War on Drugs, de Johann Hari, la película de Lee Daniels es un flashback en el que una deteriorada Billie Holiday narra su vida. La protagoniza la cantante Andra Day, quien ha ganado el Globo de Oro por ella y es ahora candidata al Óscar a la mejor actriz.
También este año se ha publicado la versión en español de Con Billie Holiday -Una Biografía Coral, obra de Julia Blackburn, que cuenta la vida de la artista a través de quienes la conocieron, gracias a la multitud de entrevistas que varias décadas antes llevó a cabo la periodista Linda Kuehl, quien se suicidó antes de ver el homenaje hecho realidad.
En definitiva, mujer, negra, con problemas con las drogas y en pugna constante contra las injusticias raciales a mediados del siglo XX, Billie Holiday parecía tenerlo todo en contra para que el sistema la intentara callar, todo menos su talento, por el que sigue sonando alto.
Natalia Ruiz-González
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