jueves, enero 30

Etiqueta: microrrelato

El beauty de Jenny
Pelo Afro, Testimonio, Voces Afroféminas

El beauty de Jenny

Si hay un lugar que recuerdo desde mi niñez, es ir al beauty. Las mujeres visiblemente afrodescendientes suelen ir a beautys desde muy pequeñas. O estoy casi segura que debieron haberse alisao el pelo en, al menos, alguna sala de alguna casa matriarca. “La belleza cuesta” como me decía mi tía cuando me tocaba meterme dentro de la secadora de pelo. Jenny era una gran vecina de mi abuela. Pentecostal, fiel creyente de la venida de Cristo; por cierto muy amorosa. Jenny me vio desde que tenía dos años para un corte de puntitas. Mami decía que no tenía pelo y que después de Jenny, me creció demasiado, un tanto exagerado; casi un milagro. Desde ese entonces, no salí de su beauty. Casi como un compromiso con Dios, como yo lo tenía antes de los 10 años de edad. Asistía a todos los cultos evangé...
Sabores distintos
Voces Afroféminas

Sabores distintos

Volver al punto de origen: la casa de los padres, con los niños, sin trabajo, su suerte y los compromisos que a lo largo del camino fue adquiriendo. Eran tiempos difíciles: de búsqueda, de rupturas, también de concreción de cosas, a Miriam le urgía demostrar que podía sobrevivir: sin mandatos, con sus propias leyes y ser feliz. Hay una algarabía que ronda las calles de la ciudadela, un estrepitoso fluir, estruendo habitual, que pone de manifiesto el alboroto que puede ser la existencia, al calor de todo esto Miriam tomó la clave. Un día de aquellos dejó de recorrer la barriada con la nevera en mano, se instaló en medio del camino de los trabajadores de las telefónicas, diurna, al lado del ir y venir de los transeúntes, en el vértice de la calle, caliente. Desde allí sigue construyendo sus ...
Toña Sandoval: la que no miraba
Voces Afroféminas

Toña Sandoval: la que no miraba

Aquella mañana Toña Sandoval salió para la finca a buscar agua, recorría kilómetros entre los montes con un paño y una cubeta; pisando bosta de vaca, chocando con los animales salvajes, cada movimiento en la soledad del lugar le espantaba; Las ramas de los árboles que cuelgan, de repente le parecían ánimas, espíritus salvajes a su acecho. Negra como la noche. Ojos enormes y un gran susto; Toña no miraba. Solo alzaba la cabeza cuando el cubo estaba lleno de agua. Como si quisiera que nadie se percatara de su existencia; Toña Sandoval no mirabaExistir no era su fuerte. Uno de esos días por los montes buscando el agua, se encontró con Príamo; le tenía respeto y confianza aun así no lo miraba. Príamo iba camino a la pluma a buscar agua también. En el camino se encont...
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