¿Qué significa no ser humano en el siglo XXI?
La mayoría de las denuncias por delitos de odio que presentan las organizaciones antirracistas son archivadas. La justicia española, que supuestamente debe protegernos a todas las personas por igual, parece mirar hacia otro lado cuando las víctimas somos negras, migrantes o racializadas. No es una percepción subjetiva, es una experiencia reiterada. Una y otra vez. Mientras tanto, sindicalistas, manifestantes y activistas que se enfrentan a los discursos de odio sí terminan en prisión. Es más fácil censurar a un cómico que hace un chiste contra la Iglesia que frenar a quienes señalan públicamente a personas migrantes, exponiéndolas a la violencia.
¿Dónde queda nuestra humanidad en ese panorama?
En su libro Afrofuturism, Ytasha Womack recoge una pregunta demoledora que atraviesa siglos...









