Los disfraces del Tango
Por un tiempo breve en su vida mi madre tomó clases de tango. Jamás la vi bailando, solamente unos pequeños pasos en el espacio estrecho de nuestro salón. Ella iba a un espacioso estudio a cinco minutos de nuestra casa por coche. Las clases eran parte de su vida particular, alejado de su mundo con nosotros sus hijos, mi hermano y yo. En nuestro mundo ella trabajaba duramente, sin tener tiempo para si misma. En el mundo del tango, yo imaginaba que ella podría ser otra persona, alegre, un poco más libre. "Tal vez puedo encontrar a alguien", me decía, y reíamos las dos, como si tuviéramos miedo de una fantasía tan inverosímil.
Una vez mi madre y vimos una película de tango, que estaba llena de pasión y romances no correspondidos. En mis libros de texto de español que hablan del tango, veo ...