Muriel, se movía nerviosa en la cama de la clínica, mientras la doctora desconocida para ella, le invitaba a tranquilizarse. Había evitado ir a su ginecóloga de cabecera, pues quería extraer el dispositivo de su cuerpo, sin tener que dar muchas explicaciones; un nerviosismo que no era extraño, se apoderaba de una Muriel que ansiaba por sacar ese artefacto de su cuerpo.
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