Yo, personalmente, nunca había dado importancia a pertenecer a un grupo cultural, pero al iniciar mi búsqueda como mujer afrodescendiente e indígena brotó el deseo de conectar con mi comunidad y para ello tenía que saber cual era. En esa búsqueda me encontré con algunas dicotomías entre la comunidad afrodescendiente o afro e indígena que me impedían conectar con ellas. Por lo tanto, decidí reflexionar el porqué tenía esa sensación. Durante mi reflexión recordé una experiencia vivida en mi infancia que quiero compartir para a raíz de ella poder explicar mi sentir.
Recuerdo que en el colegio cuando salía al patio a jugar siempre veía un grupo reducido de latinos y que ellos mismos se definían como indígenas. También había otro grupo muy reducido de afrodescendientes o africanos, los cuales también se autodefinían como tal. Yo recuerdo no postularme en ningún grupo porque ni siquiera era consciente de mi negritud, pero imagino que ellos tampoco estaban formando esos grupos de manera fortuita, sino más bien porque sentían que al juntarse entre ellxs generaban esos lazos y complicidad cultural que con el resto no podían. Al paso de los años, hallé que esa manera de ver el patio no iba a ser eso… una fortuita forma de ver el patio, un juego de personas infantiles que hay que olvidar en la vida adulta, ¡no! Descubrí que la sociedad al final también estaba organizada del mismo modo, provocando que cada uno de los colectivos culturales tomase una actitud tan desarraigadamente arraigada que rechazaba o se oponía a las personas que no compartían su cultura y visión sobre la sociedad en su totalidad.
Es decir, a veces me he acercado a la cultura indígena porque tengo amigos o simplemente porque quiero conocer más sobre mis raíces, pero he sentido rechazo cuando han visto mi parte afro. Lo mismo me ha pasado cuando me he aproximado a la cultura afrodescendiente o afro, al ver mi parte europea o indígena también me han rechazado. Y en ambas comunidades he sentido el recelo al expresar que soy adoptada, por lo tanto, también mallorquina. Y no los juzgo, soy plenamente consciente que ser negrx en mi sociedad se hace especialmente de difícil.
Con todas estas líneas no quiero hacer sino una reflexión unánime sobre lo que queremos erradicar. Que es el racismo. Pienso que para generar una lucha exitosa no debemos dejar de ser autocrítcxs con nosotrxs mismxs y entender primero que está bien que tengamos una identidad sociocultural propia distinguiéndonos lxs unxs de lxs otrxs porque hay diversidad y eso enriquece. Pero nuestro trabajo también es concienciarnos en no caer en esos patrones de los que queremos salir. Sé que podemos convertirnos en personas potencialmente ciegas ante el racismo si pertenecemos a esa generación que se ha criado en Europa. Muchas veces los patrones racistas nos vienen impuestos, caemos y no nos damos cuenta de que los repetimos provocando luchas entre nosotrxs. Yo sé que existen tantas historias como culturas, que cada una de ellas es válida y tiene que tener cabida y representación en nuestra sociedad, pero sin olvidar que a pesar de que somos distintxs, unidxs somos más fuertes.
Que el querer unirnos o identificarnos a un colectivo cultural no sirva para empequeñecer a los otros o sentirnos presionadxs, sino para poder hacernos poderosxs y fuertes acompañando a lxs demás hermanxs pertenezcan a otra comunidad cultural o a ninguna (como es mi caso). Autoeduquémonos, autoprotejámonos, (re)conozcamos nuestro pasado para desarrollar esa conciencia antirracista que llevamos dentro pero que muchas veces no podemos expresar por falta de espacio, porque se nos oculta la información o porque se nos silencia.
Noemi Crehuet Comas
28 años. Licenciada en filología española.
Activista antirracista.
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Me siento tan conectada con este post. Es lamentable que entre nosotros mismos existan este tipo de rechazo que yo también lo he vivido, incluyendo sesgos de «que yo debería de ser de una manera y no de otra» dada mi raza. Cada uno de nosotros es como es y ahí está nuestra esencia, que debe respetarse y al contrario del rechazo sería un beneficio enorme que todos los afrodescendientes del mundo estuviéramos completamente unidos, con nuestras diferentes costumbres, idiosincrasias de cada lugar de donde venimos. Pero en fin.. El mar…