domingo, diciembre 22

Yusra Mardini: La historia de una niña refugiada que soñaba con llegar a los JJOO

El pasado 20 de junio se conmemoraba el Día Mundial de los Refugiados recordando  la situación tan vulnerable en la que se encuentran aquellas personas que huyen de su  país por situaciones de guerra o inseguridad. Que con la pandemia del Covid-19 se ha  visto agravado y deja en desamparo a millones de personas.  

Entre aquellas personas que intentan escapar de sus países para buscar una vida mejor,  también hay niños y niñas que se enfrentan a estas terribles realidades sin saber muy  bien que les deparará el futuro. En el caso de Yusra Mardini, el camino para convertirse  en una nadadora olímpica se ha visto obstaculizado por la guerra de Siria y su situación  como refugiada.  

Yusra nació en Damasco, Siria, donde se formó como nadadora llegando a representar a  su país en los Campeonatos Mundiales de natación en el año 2012. Su entrenador la  animó a trabajar duro y confiaba en que podría llegar a los Juegos Olímpicos algún día,.  Pero Mardini, como muchos otros niños y niñas, se topó con la guerra en Siria y ella y su  familia tuvieron que viajar hasta Europa para pedir asilo. Por lo que emprendieron un  trayecto desde Líbano hasta Turquía y posteriormente cogieron un bote con destino a Grecia en el que iban 20 personas, pero la capacidad del barco era de solo 7. Lo que produjo que el navío no pudiera resistir el peso.  

Yusra Mardini junto a su hermana y otras tres personas empujaron el bote y consiguieron  que siguiese su trayectoria, tiempo después de su llegada obtuvieron asilo en Alemania.  En Berlín la nadadora retomó su entrenamiento, y cumplió su sueño de participar en los  Juegos Olímpicos de 2016 en Río, de la mano del Equipo Olímpico de Refugiados.  Fue la primera vez que este equipo competía y dio la oportunidad a más de 50 atletas  refugiados a entrenar en aquellos países donde residían.  

Es importante tener en cuenta que las personas refugiadas no solo son “los refugiados”  o palabras vacías llenas de deshumanización atribuidas por los medios de  comunicación. Son personas que tienen una vida antes de verse en situaciones vulnerables en sus propios países, y merecen seguir teniendo una vida después de  buscar protección fuera de estos.  

Yusra no logró ganar en los JJOO de Río 2016, pero recibió la oportunidad de asistir y  seguir luchando por sus metas. Hoy en día su posición en el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados en la ONU es primordial. Ha escrito el libro  “Mariposa: De refugiada a nadadora olímpica” y se ha convertido en la persona más  joven en recibir el titulo de Embajadora de Buena voluntad, en 2017.  

Pero probablemente, aparte de sus títulos es un gran referente para aquellos niños y  niñas o mujeres y hombres refugiados a los que quiere representar este año en los JJOO  de Tokio 2020. Su historia es sin duda inspiradora pero desafortunadamente no todos  tienen la misma suerte que tuvo Mardini de pequeña, cuando recibió refugio en Europa. 

La pandemia ha agudizado las problemáticas y actualmente los estereotipos y el racismo  institucional impiden una vida mejor a las personas refugiadas.  

Nacer en un determinado trozo de tierra en el mundo no debería designar tu vida y está  en los gobiernos y en las instituciones conseguir que los diferentes individuos determinen  su futuro. Ofreciéndoles la oportunidad, si quieren, de convertirse en nadadores  profesionales, atletas o cualquier otra ambición que tengan en mente. Pero ante todo  garantizándoles el derecho a una vida digna.


Cynthia García

Graduada en periodismo por la Universidad Complutense de Madrid



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