domingo, diciembre 22

Crónica de una manifestación o ¿dónde estaban las afroféminas?

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El pasado 14 de junio fui a la manifestación en contra de la reapertura del Centro de Internamiento de Extranjeros de la Zona Franca en Barcelona. Yo estaba eufórica: saludando a caras conocidas, cotilleando qué medios de comunicación habían acudido para cubrir el evento e intentando aprenderme las letras de las cancioncillas que usaríamos como grito de guerra.

Cuando aún nos estábamos preparando para iniciar la marcha, tuve un pensamiento fugaz: hasta el momento no había visto a ninguna afrofémina. En aquel momento no le di más importancia y seguí disfrutando de la manifestación, pero al llegar al final del recorrido volví a echar de menos a más afroféminas, y en cierto modo, tuve un sentimiento de soledad e incluso de abandono.

Éramos centenares de personas. Mucha gente pertenecía a asociaciones u organizaciones susceptibles a este tipo de racismo y otros eran amigos o familiares unidos a la causa. Pero también había políticos, manteros y vecinos de Barcelona que no toleran esta injusticia.  Respecto al origen y al sexo de los participantes, la mayoría de hombres eran autóctonos, salvo unos poquitos que parecían de centro y sud América, y otros, un poco más abundados, que parecían de procedencia africana. Contrariamente, las participantes eran autóctonas y vi muy pocas salvedades, de ahí mi preocupación.

Los días posteriores a la manifestación no paraba de dar vueltas a las preguntas: ¿Dónde estaban las afroféminas barcelonesas? ¿Por qué no vinieron a la manifestación? Así que estos días me he dedicado a conjeturar:

Primera hipótesis: Las afroféminas estaban ocupadas. Entendiendo que la manifestación fue un martes de junio por la tarde, lo más probable es que muchas de vosotras estuvieras trabajando o estudiando.

Segunda hipótesis: Tal vez el CIE no sea un tema de interés. Inmediatamente deseché esta presunción porque claramente es un tema de nuestro interés: en primer lugar, por tratarse de un ejercicio déspota de racismo institucional, y en segundo lugar, por el gravísimo impacto que tiene especialmente para las mujeres.  Solo quiero recordaros que un CIE es un centro de internamiento público donde se encierran a personas inmigrantes cuya situación administrativa es irregular – que no ilegal – y contra las cuales recae una orden de expulsión gubernativa o judicial, aunque también se conducen hasta allí a las personas detenidas mientras cruzan la frontera. Estas personas deben permanecer en el CIE hasta que se lleve a cabo su expulsión del territorio español hacia su país de origen. Pese a que la ley establece un máximo de 60 días de internamiento debería comprobarse si realmente se cumple la previsión legal. Además, las condiciones de vida de estos centros son pésimas, y en ocasiones, se dan situación de maltrato y violencia contra los internos, razón por la cual hablo de un racismo institucionalizado ejecutado por el estado en forma de política de extranjería altamente perniciosa para los derechos de las personas inmigrantes.

Si la situación ya de por sí es atroz, despiadada y cruel, peor se pone cuando se analiza la situación de las mujeres en los CIEs. Por ejemplo ¿sabíais que en el CIE de Barcelona no hay plazas para mujeres? Eso significa que las mujeres inmigrantes tienen que ser trasladadas forzosamente a otras provincias que tengan un CIE mixto. Desgraciadamente, el impacto del traslado no únicamente afecta a la inmigrante encerrada, también a su familia y especialmente a sus hijos menores. Más ejemplos: ¿Creéis que los CIES tienen servicios médicos y ginecológicos especializados? ¿Creéis que tienen suficientes recursos personales y materiales para tratar a mujeres embarazadas? ¿Os habéis preguntado por las penurias que pueden llegar a sufrir las mujeres transexuales? Claro que la trascendencia del impacto individual de esta vivencia es totalmente diferente para cada mujer dependiendo de su identidad, características y otros factores de su vida, pero en ningún caso será agradable, eso os lo puedo asegurar. Por todo esto he descartado la segunda hipótesis.

Tercera hipótesis: No nos gusta manifestarnos. Otra suposición errónea. Nos sabemos excluidas, invisibilizadas, etiquetadas, discriminadas, y si nos sabemos así es porque nos hemos reivindicado desde esa posición. Eso significa que hemos luchado, estamos luchando y seguiremos haciendo lo mismo, así que en este sentido no puedo decir nada más.

Entonces ¿dónde estaban las afroféminas?

*Para una breve reseña sobre los CIEs y su realidad se puede consultar: El CIE de Barcelona (Zona Franca): Situaciones de racismo y discriminación (2014) Elaborado por la Campaña por el Cierre de los Centros de Internamiento de Extranjeros.  Para un análisis pormenorizado de la situación de las mujeres en los CIES: Women’s Link Worldwide (ed.) (2012) Mujeres en los centros de internamiento de extranjeros (CIE): realidad entre rejas. O bien: Margarita Martínez Escamilla (dir.). (2013). Mujeres en el CIE: Género, Inmigración e Internamiento. Madrid: I+D+i Iusmigrante

foto-ursulaAutora: Úrsula R. Cabello. 

Abogada y criminóloga.  Interesada en temas de género, sociología jurídico-penal, derechos humanos, multiculturalidad y políticas de extranjería.

Barcelona


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2 comentarios

  • griceldino usuriaga

    Bueno mi comentario es de jubilo, cuando veo que grupos como estos de opinion, se expresan por la causa especialmente Afro, desde todas las latitudes y son recogidas las distintas tematicas que afectan al ser como individuo integral

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