El germen de Brasil
En situaciones desesperadas el ser humano tiende a tomar medidas desesperadas por lo que no es una sorpresa que Jair Bolsonaro haya encontrado el poder en la cumbre de las miserias brasileñas.
La violencia ha sido una de las grandes excusas que el pueblo brasileño ha ofrecido para alzar sobre sus hombros al actual presidente de la República.
Sin embargo, el nuevo soberano tiene una peculiar manera de enfrentar esta problemática, adoptando una postura que se podría resumir en “muerto el pobre, se acabó la guerra”.
Ante una situación de 65.000 homicidios anuales, Jair Bolsonaro presentó algunas medidas poco convencionales: reducir la edad mínima para entrar en prisión a los 16 años, permitir la tenencia de armas en los domicilios y aumentar el número de crímenes policial...