La duda racista de las motas
Ilustración de la portada del libro infantil "Don’t Touch My Hair!" de la ilustradora Sharee Miller
En Buenos Aires, hay miradas que atraviesan los cuerpos, que hablan. La mayoría de los porteños no pone en palabras lo que piensa pero si agudizás los sentidos podés escuchar sus pensamientos.
Desde que nació mi hija Evangelina, vamos por la calle atravesadas por esas miradas. La miran a ella, me miran a mí y vuelven a mirarla. No hay padre a la vista. Hija negra, mamá blanca ¿No cierra la ecuación?
En estos años, escuché y en algunos casos respondí (cuando la pregunta era bienintencionada) todo tipo de preguntas: ¿es tuya? ¿es adoptada? ¿dónde está el papá? ¿y ese pelo? ¿a quién salió?
Como reafirmación de su identidad, al principio, les conté a algunos que el papá de Eva es af...