Madre blanca: singularidad negra
En la conformación de nuestra humanidad nos es otorgada una serie de interseccionalidades, fortunas y fatalidades, suertes y artilugios que atraviesan nuestro trasegar; una pluralidad de singularidades que nos hacen quienes somos y configuran nuestro modo de ser y estar en el mundo. En mi caso, una de esas singularidades es mi madre.
Fui depositada hace años en los brazos de una mujer que anhelaba ser madre, y por supuesto no juzgo si su elección fue a causa de su subjetividad o de las normas imperantes del género que rigen a la sociedad. Quien ahora era mi madre era una mujer con carácter, tenacidad y gran ternura. No puedo describir mis primeros meses de vida en este hogar, pero las fotografías son una prueba fehaciente del amor que me propugnaba.
Mi abuela era una muje...