Los misóginos van al cielo
Hace unos días venía reflexionando sobre el poder que tienen las palabras y el lenguaje en la incidencia de la normalización del comportamiento social de la persona. Precisamente una compañera me comentaba que existe una dicotomía cruel en la religión cristiana que alude a que dada la existencia de un infierno destinado a aquellas personas que han sido malvadas, también existía un cielo para quienes habían sido buenas; pero si los malos se arrepentían de serlo -aunque fuese en el último minuto de sus vidas- éstos alcanzarían salvación eterna y su alma no sería condenada a purgar por la eternidad en las calderas y ollas de lava más grandes que Dante conociera.
¿Qué injusto y contradictorio no? Te portas como un ser horrendo toda tu vida y que al final, si en el último momento te arrepientes...