La autonomía reproductiva nació negra
La historia que nos cuentan sobre los derechos reproductivos tiene un problema: empieza tarde y habla de las personas equivocadas. Nos presentan cronologías que arrancan en los años sesenta, con clínicas legales y tribunales progresistas, nos dan nombres de activistas blancas, de juezas liberales, de médicos que desafiaron códigos penales. Todo eso existió, sí, pero cuando esa narrativa se presenta como el origen, estamos ante un borrado, y el borrado es violencia.
Porque mucho antes de que hubiera leyes que protegieran la interrupción voluntaria del embarazo, ya había mujeres negras interrumpiéndolos, y antes de que existieran clínicas seguras, ya había conocimiento compartido sobre hierbas abortivas. Antes de que el feminismo blanco nombrara la autonomía corporal como bandera, las muj...






