Chocolate
Recuerdo un día que me encontraba charlando animadamente con un grupo de compañeras en el patio del colegio. Durante el coloquio, de improviso, una de nosotras empezó a tararear una canción que yo me sabía muy bien. Fue así como, en un momento, otra niña y yo no encontramos secundando a nuestra amiga en el concierto. Al finalizar la parrafada, la compañera nos sonrió y dijo visiblemente divertida y sorprendida a la vez “Vaya, las chocolate se saben la canción”. Ante esta frase yo solo sonreí tímidamente como si sintiera que no debería haber intervenido pero lo que más me consternó fue mi sensación de incomodidad ante la palabra “chocolate”. La verdad es que no sabía como tomármelo. Primero, no entendí cuál era la relevancia del hecho que las dos fuéramos negras en ese contexto. Por otro la...