Ana Bolena. Racismo y representatividad
No lo voy a negar. Los primeros veinte minutos, en que me senté a ver Ana Bolena, la miniserie creada para el canal británico Channel 5, mas tarde comprada por la plataforma HBO, sentí placer.
Mi negritud se regocijó en el sofá, disfrutando de ver a una mujer negra encarnando a una monarca de gran poder, y no a la eterna esclava que algún explorador blanco secuestrara de alguna tribu perdida en el continente africano, para entretenimiento de la corte, y sin mas trama que esa, la del sufrimiento y la tortura.
No. Los veinte minutos en los que exploté de placer viendo a una mujer negra, bella e inteligente, rodeada de personas blancas que se rendían irremediablemente ante ella, fueron gloriosos. Ensoñadores, representativos, posibles. Luego esa sensación me abandonó y dio paso a m...