sábado, diciembre 13

Mes: octubre 2017

Experiencia de una madre afroespañola  en un colegio
Etnoeducación y Crianza, Testimonio

Experiencia de una madre afroespañola en un colegio

Mi hijos  jamás han tenido piojos. Cuando empezaron el colegio yo tenía mi afro largo y más de una vez tuve que escuchar de algunas madres cómo me aconsejaban que mi pelo era feo, que fuera a la peluquería, que me quedaba mal .Yo no hacía caso a eso. Siempre he tenido por temporadas el pelo afro desde niña y siempre me han dicho lo mismo. Pero lo que más me ha dolido fue cuando enviaron una nota para todos padres que decía : hay piojos en clase revisen las cabezas de sus hijos ". Esto fue en el colegio cuando vivíamos en España. Ufff esa nota dio pie al racismo más extremo de los padres blancos españoles . Imaginaos a las madres que ya no les gustaba mi pelo y mis hijos que eran nuevos en el colegio. ¿Quién pensáis que llevaba la culpa de los piojos en la clase? Pues mis hijos, ¡ sí! Así ...
Aquí, entre feministas…
AfroReflexión, Feminismos, Opinión

Aquí, entre feministas…

Cuando inicie mis estudios doctorales en humanidades, línea estudios de género en la Universidad del Valle, confieso que fue duro darme cuenta que era la única mujer negra en un grupo de 11 personas, donde si había presencia de un hombre negro. Más allá del impacto de saber que no todas las mujeres afrocolombianas o afrocaribeñas estábamos interesadas o podíamos acceder a un programa doctoral pionero en el país, lo que más me costó es comprender como las mujeres negras teníamos formas distintas de construir lo femenino y el conocimiento sobre el género de las mujeres que se consideran a sí mismas blancas mestizas. Lo anterior, me plantaba el interrogante, ¿acaso no hay mujeres negras feministas en Colombia? O acaso lo que nosotras hacemos esta por fuera de este discurso académico, y solo l...
Carta a la tía rubia teñida que se ha reído de mi afro
AfroReflexión, Pelo Afro

Carta a la tía rubia teñida que se ha reído de mi afro

Hace mucho que pienso en escribirte, a ti, la mujer de mediana edad que no se pudo contener mientras me veía pasar a través del cristal de la cafetería. A ti, que, en la zona de devoluciones de Ikea, cuchicheabas entre risitas adolescentes junto a tu amiga también rubia como si hubierais vuelto a secundaria. A ti que me miraste con desprecio, midiéndome de arriba abajo mientras paseaba con mi pareja blanca por el centro comercial. Y te sentiste contrariada ¿Como puedo tener la desfachatez de existir tan plenamente? ¿Como oso llevar mi pelo natural, libre, al aire, largo y despeinado? ¿Como puedo no cohibirme y ser tan auténtica? ¿Será que sé que el patrón de belleza no me incluye? ¿Será que conozco sobradamente que no paso de ser una mujer que solo es considerada como una persona de segun...
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