Sandra, una violinista que aspira a ser modelo
Sandra. Foto Angel De Manuel
Nunca imaginé cómo una mujer podía esconderse detrás de sí misma y sobre todo ocultar su verdadera belleza. Es el caso de Sandra: quién la ha visto y quién la ve ahora.
La invitamos a casa a ella y a su novio y cuando abrí la puerta menudo sorpresón. Sandrita se había cortado todo su pelo, se avistaba un afro muy chulo y yo no salía de mi asombro.
Aún así, como pasa siempre, cuando el cambio es tan reciente, no se sentía totalmente cómoda. Pero allí estábamos nosotros para decirle claramente lo bella que lucía. ¡Es que ahora es ella!
Ya me había adelantado que algo haría. Y las preguntas eran las típicas: ¿Qué me pongo, qué me echo? Y la entiendo. Yo también pasé por lo mismo. Llegar a España y comprar bolsas y bolsas de productos para e...