La mierda que te sobra
Foto: Rueda Villaverde
Cuando tenía siete u ocho años, a mi cole llegó una donación de material escolar desde España. En el reparto, me tocaron algunos lápices y un cuaderno de Lengua con los ejercicios resueltos.
No volví a pensar en eso hasta que, hace pocos años, estuve trabajando en un proyecto de fomento de la lectura. Aceptábamos todo tipo de libros, indicando siempre que el material obsoleto iría a un contenedor de reciclaje de papel.
Todos los días nos traían enciclopedias de los 60 y libros de texto antiguos, con la esperanza de que no acabaran en el contenedor, porque “es una colección estupenda, si salió carísima. Seguro que en algún país pobre “de por ahí” pueden servir para algo.”
Acabé teniendo fantasías agresivas de tanto explicar que no, que la...