domingo, diciembre 22

Etiqueta: relato corto

Teoría del cisne negro
Testimonio, Voces Afroféminas

Teoría del cisne negro

La pequeña cisne va callada al lado de su madre y ella la mira un poco preocupada, porque no es normal que estuviera tan callada. De normal era un torbellino de emociones y acciones que no paraba de girar y girar en casa, pero ahora mientras nadan por el agua del lago estaba muy callada. Cuándo llegan a su destino, la madre se despide de ella con un abrazo y un beso y la pequeña cisne avanza hacia el resto de los otros pequeños cisnes. Nada más empezar a moverse en sintonía con ellos, ya se encuentra mal, siente las miradas de otros, mirándola con recelo y burla. Y ella de repente se siente más pequeñita de lo que es. Y es que resulta que la pequeña cisne no es como sus compañeros, sus plumas no son blancas como la nieve, sino más bien oscuras como el azabache y las plumas de la c...
El negro de la casa
Voces Afroféminas

El negro de la casa

Stephen, el esclavo más veterano de la plantación de Calvin Candie, el villano de la película "Django Desencadenado" Trabajo más de veinte horas a día. Lo sé, porque mi Taita me enseñó a contar el tiempo según la posición de las gotas de rocío sobre las plantas. Y mi cántaro está tan seco como mi garganta. Los callos de las manos aran la tierra y mi sudor enjuga el dulce y preciado algodón, que cuido de no ensuciar con mi sangre. Trabajo más de veinte horas al día, por un poco de ajiaco y agua con azúcar. Y si tengo suerte, un buen trozo de tierra seca en el barracón, donde poner mi estera, y descansar la espalda. Pero a mí eso en el fondo no me molesta, porque desde que aprendí a decir ‘’Su mercé’’, sin protestar, los latigazos ya no tocan mi piel. ‘’Si, su mercé’. ‘’ ¿Dónde quiere...
Para ser negra eres muy guapa
Voces Afroféminas

Para ser negra eres muy guapa

Diciembre 1997. Le miró incrédula. Sus ojos y su boca no podrían materialmente estar más abiertos, ¿perdona? ¿Podía ser cierto lo que acababa decirle una de sus amigas? Espera... ¿le había dicho que era muy guapa para ser negra?. Ella miró a su izquierda, luego a su derecha y trató de captar las reacciones del resto de personas que estaban con ellas en la mesa. Nadie parecía haber percibido la violencia de esas palabras. Todos seguían bebiendo de sus copas de manera despreocupada, sin notar la ola de rabia, la tristeza y el dolor punzante que crecía en su interior desde el mismo momento en que ese puñado de palabras flotaron en el aire. Se levantó soliviantada y tremendamente indignada. '¿Cómo? ¿Cómo podía alguien decirle algo así y no avergonzarse? Y ¿cómo podía el resto permanecer impasi...
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