Conociendo el pelo nube
Antes
No me acordaba propiamente de él. Sí que era grueso, y que le pedí a mi abuela que me cortara el flequillo a los 7 años así que mi prima llego a casa luciendo estupenda con el suyo recién cortado. Para bajar mi flequillo, mi abuela sabidamente usó aceite de oliva, pero no fue suficiente para evitar el pollo de mi madre cuando llegó a casa. “¿Pelo rizado con flequillo? ¡Mira la que pinta tiene ahora la niña!, ¡Por Dios mamá!”. Así, mi madre se vio obligada a alisarme el osado flequillo. Fue el comienzo de la historia para que a los 20 años, no me acordase más de mi pelo, ni de su color, ya que los alisados químicos lo clareaban, ni de su textura, ya que lo veía siempre débil y necesitado de cuidados. Como tantas otras hermanas que conocen esta vida, mantenía una rutina estricta basa...