El rostro invisible de la guerra
Grafiti homenaje a las víctimas de la Unión Patriótica en Bogotá / Foto: Mariano Ronda
Vengo de un territorio lleno de cicatrices, decorado con fosas comunes y tumbas sin flores.
Nuestro Dios está ausente, no tenemos sombra.
Hay mapas de sangre que tiñen los árboles, las plazas, los caminos, las caras de los perros en las esquinas.
Los ríos trasladan piedras, y entre las piedras los cuerpos navegan de un lugar a otro arrastrando con ellos pequeñas huellas etéreas que se diluyen en el trayecto. Aquellos seres sin nombres, sin identidad, sin pasado, sin presente, sin ningún atisbo de futuro, desaparecen entre las moléculas del agua.
En aquel pedazo de tierra la ley es solo una palabra, la justicia una ficción, la vida un privilegio, una cuestión de sue...