Para ser negra eres muy guapa
Diciembre 1997. Le miró incrédula. Sus ojos y su boca no podrían materialmente estar más abiertos, ¿perdona? ¿Podía ser cierto lo que acababa decirle una de sus amigas?
Espera... ¿le había dicho que era muy guapa para ser negra?. Ella miró a su izquierda, luego a su derecha y trató de captar las reacciones del resto de personas que estaban con ellas en la mesa. Nadie parecía haber percibido la violencia de esas palabras. Todos seguían bebiendo de sus copas de manera despreocupada, sin notar la ola de rabia, la tristeza y el dolor punzante que crecía en su interior desde el mismo momento en que ese puñado de palabras flotaron en el aire.
Se levantó soliviantada y tremendamente indignada. '¿Cómo? ¿Cómo podía alguien decirle algo así y no avergonzarse? Y ¿cómo podía el resto permanecer impasi...